"Los 22 mejores no siempre forman una buena selección"

Un afable Luis Aragonés mantuvo ayer la primera toma de contacto con los responsables de la Federación Española de Fútbol (FEF) en la sede de Las Rozas, la que será su casa durante los próximos dos años, una vez sea presentado oficialmente como nuevo entrenador de la selección el 15 de julio.

Con traje y corbata, Aragonés prometió "trabajar con la meta de llegar a lo más alto". Adelantó que Jesús Paredes será el preparador físico de la absoluta y que Iñaki Sáez estará al frente de las categorías inferiores "porque ha funcionado muy bien".

El veterano entrenador, de 65 años, fue hermético sobre el futuro diseño del equipo. Aunque sí dio alguna pista. "No siempre se hace un conjunto con los 22 mejores, sino con 11 que sepan lo que tienen que hacer en cada puesto", declaró en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas (Madrid) después de mantener una reunión durante algo más de hora y media, junto a Paredes, con Ángel María Villar y Jorge Pérez, presidente y secretario general de la FEF, respectivamente.

Aragonés apostó por ser fiel a lo que llamó "al estilo de juego español". "No tenemos la técnica de Brasil, ni la fuerza de selecciones como Alemania o Suecia, pero dentro de nuestra calidad vamos a jugar al fútbol", explicó el entrenador madrileño, que repitió en varias ocasiones durante su intervención la frase: "Cada maestrillo tiene su librillo".

Los tres pilares del librillo

El suyo, el de un hombre que entiende el fútbol como algo "muy sencillo, en el fondo", se apoya en tres pilares: "Defender bien, hacer buenos pases en el centro del campo y, de tres cuartos para arriba, aprovechar el genio de la delantera". También en los "pequeños detalles", esos que, según Aragonés, llevan a una selección a ganar un Mundial o una Eurocopa, "como ha pasado con Grecia". Para el técnico, el ejemplo de la Eurocopa ha servido para corroborar que los equipos favoritos llegan con un "desgaste importante", lo que "iguala las oportunidades del resto". "La victoria griega es justa. Ha defendido bien, y eso también es buen fútbol, y ha aprovechado sus ocasiones. No sólo se trata de jugar bonito, sino de hacerlo bien", subrayó.

Con el reto de clasificar a España para el Mundial de 2006 y de hacer olvidar allí el mal papel representado en el torneo portugués, el sucesor de Sáez confesó estar "ilusionado" ante su nueva perspectiva. "Siempre lo he estado, si no hubiera dejado los banquillos hace tiempo, aunque ahora esto es distinto a un club", apuntó Aragones, que, entiende esta etapa como el colofón a una larga carrera. "Trabajaré al máximo para poder retirarme consiguiendo algo con el equipo nacional", añadió el nuevo seleccionador.

Aunque huyó de poner nombre a ese "logro" tan deseado, su mirada y su voz dejaban escapar una mezcla de orgullo, responsabilidad y esperanza por hacer historia en un puesto que rechazó hace seis años. "No estaba preparado", admitió.

Dentro de 11 días se convertirá en seleccionador. "Antes tengo que despedirme de Mallorca", dejó claro. Pero ayer ya tuvo la oportunidad de visitar por primera vez las instalaciones de Las Rozas y de conocer a los que serán sus compañeros de trabajo. Antes de irse, alguien le deseó suerte. Aragonés resopló y dijo: "Gracias, la voy a necesitar".