_
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Presidente de escalera

En el año 2031 y tras una virulenta campaña contra los propietarios del 5º A y del 2º C, sus más tozudos adversarios, el señor Aznar consiguió la presidencia de aquel edificio de siete plantas y veintiuna viviendas, por 11 votos a favor, seis en contra y cinco ausencias sin justificar. Desde su mayoría absoluta, Aznar exigió al administrador de la finca que levantara de inmediato acta de la sesión, para que todos los asistentes la firmaran antes de abandonar el húmedo y pequeño cuarto que, en la planta baja, hacía las veces de sala de actos. Mientras el administrador procedía, el nuevo presidente se puso en pie, felicitó por su civismo y participación a los vecinos presentes, se acicaló los escasos cabellos blancos, miró fugaz pero despectivamente al boticario del 5º A y al tendero del 2º C, y, con una sonrisa venenosa enredada en su cano bigotillo, dijo una frase enigmática: "Ellos saben y los demás también que llegaron a la presidencia gracias al 11-M". Hubo un instante de silencio, mientras los propietarios se miraban con disimulado cachondeo. Poco después, firmaron el acta y salieron. Solo la vecina del 4º B, viuda de un sargento de la guardia civil, se acercó para darle la enhorabuena y preguntarle qué significaban aquellas palabras. "Mujer, le replicó, haga usted memoria. Quizá su marido también intervino en la redacción de ciertos informes".

Las primeras medidas del presidente fueron aumentar las cuotas comunitarias un 25%, para conseguir el déficit cero, y proponer una derrama con objeto de darle más empaque al camarín del ascensor. El comerciante, amigo y compañero de mus de Aznar, de quien no aceptó consejos para dirigir la escalera y fue víctima de una impertinente reprimenda, andaba indignado. El farmacéutico, con 29 años y recién casado, no comprendía una conducta que enfrentaba a los copropietarios y discriminaba a algunos. Además, quería descifrar aquello del 11-M. Por eso, en un encuentro ocasional en la portería, le hizo un par de preguntas al viejo procurador de los Tribunales. Pero Aznar, agitado por la ira, le gritó: "Te reconozco, traidor, tú también eras de los da la pancarta".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_