Un militar con fama de honestidad
El ex general Susilo Bambang Yudhoyono dimitió en marzo como ministro de Seguridad
Susilo Bambang Yudhoyono, de 54 años, con fama de honesto e íntegro, es un militar atípico que todo lo quiere hacer por consenso. "Puede pasarse horas escuchando a unos y a otros, una virtud que en exceso es un defecto", dice H.S. Dillon, amigo personal de Yudhoyono y director de la Asociación para la Reforma del Gobierno en Indonesia (PGRI).
Hijo de un teniente, la ilusión de Yudhoyono era su carrera militar, pero le ascendieron a general para pasarle a la reserva cuando en 2000 accedió a formar parte del Gobierno del presidente Abdurrahman Wahid. De ministro de Minas ascendió a la cartera de Seguridad y Asuntos Políticos, que pronto perdió por negarse a declarar el estado de emergencia cuando se lo pidió el presidente para evitar que le destituyeran por un escándalo de corrupción.
Cuando Megawati Sukarnoputri ocupó la presidencia, Yudhoyono volvió al Ministerio de Seguridad, pero la corrupción volvió a ponerse en medio de su camino y, en marzo pasado, se repitió la dimisión. Tal vez cansado del juego, Yudhoyono decidió presentarse a las elecciones presidenciales con un mensaje claro de lucha contra el cáncer que corroe la administración indonesa.
Poco se sabe de su programa de Gobierno, pero las aspiraciones de los indonesios de un país más seguro con un mejor nivel de vida y menos corrupción encajan bien en el discurso de este gran comunicador, que en tan sólo seis meses ha saltado de ser prácticamente un desconocido a gozar de una enorme popularidad.
Yudhoyono es originario del este de Java, lo que le genera simpatías en esta isla, cuya superficie apenas es un tercio de la de España y en la que viven más de 120 millones de personas, el 60% de los votantes. Según Dillon, la campaña electoral ha endurecido a este general complaciente. "Ahora es más rápido en la toma de decisiones y si acelera un poco más cuando ocupe la presidencia puede ser muy positivo para todos", afirma, tras destacar que Yudhoyono "se crece" en épocas de crisis como el atentado de Bali, en octubre de 2002.
