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Un estudio aboga por cotizar más a la Seguridad Social para asegurar la asistencia en caso de dependencia

El pago de una cotización adicional para que la red de servicios sociales se haga cargo de la atención a las personas que no pueden valerse por sí mismas es una de las soluciones que tomó más peso en el trabajo elaborado por la Comisión para el Estudio de la Dependencia en España que encargó el ex ministro Eduardo Zaplana cuando se encontraba al frente del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Guillem López Casanovas, catedrático de Economía de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y director del Centre de Recerca en Economia i Salut, que participó en los trabajos de la comisión, expuso ayer en la jornada sobre dependencia que organizó la Consejería de Bienestar Social en Valencia las tres opciones que se plantearon para financiar la atención a las personas dependientes.

Las tres posibilidades consistían en cubrir el riesgo de la dependencia mediantes el aseguramiento de los futuros beneficiarios -con un sistema público o privado-; extender el modelo de la prestación sanitaria y garantizar la atención pública y universal; u obligar a cubrir el riesgo de requerir servicios de dependencia mediante la fórmula del plan de ahorro. El catedrático de la universidad catalana receló de la provisión pública: "Es lo más fácil, pero cuando se abre el grifo es difícil de cerrar". Y comentó los problemas que plantea el plan de ahorro al no estar extendida en nuestra cultura la liquidación de patrimonio entre los mayores para asegurarse la asistencia. Frente a ellas, calificó como la más posible al aseguramiento público, un caso similar al adoptado en Alemania, donde a cambio de renunciar dos días de vacaciones al año -para no elevar las cotizaciones a la Seguridad Social- los trabajadores que lo necesiten podrán acceder a la asistencia social si lo requieren al envejecer.

La consejera de Bienestar Social, Alicia de Miguel, apuntó algunos datos iniciales del Informe Sobre la Dependencia. Comentó que un 25% de los mayores de 69 años la sufren (125.000 personas), de los que sólo el 10% grave. Respecto a la fórmula preferida a la hora de atender a los mayores es que reciban la asistencia en su propio domicilio (23,3%), seguido de estar en casa de sus hijos (19,4%), recibir ayuda en su casa por parte de miembros de la familia (16%) o de los hijos (12,1 %). El quinto lugar lo ocupa la residencia (12%), por delante de ser auxiliados en su domicilio por cuidadores (10,2%) y de recibir ayuda de cuidadores y la familia (3,6%).

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