_
_
_
_
_
FÓRUM DE BARCELONA | Diálogos y festejos

Expertos en salud afirman que la cooperación no ataja los problemas sanitarios del Tercer Mundo

La relación entre pobreza y desarrollo de enfermedades es un círculo vicioso en África

¿Es la pobreza la causa de la falta de salud o viceversa? Los expertos que participan en el diálogo Salud y Desarrollo: retos para el siglo XXI, que se celebra desde ayer en el Fórum, parten de la tesis de que ambos conceptos constituyen un "círculo vicioso" que no lograrán romper las políticas asistencialistas o caritativas de cooperación que los países desarrollados están realizando en el Tercer Mundo. Pascoal Mocumbi, ex primer ministro de Mozambique y presidente del diálogo, reclamó ayer un mayor esfuerzo de los países desarrollados para destruir el binomio "pobreza-falta de salud".

Esta relación se acentúa especialmente en el continente africano. El director del diálogo y director del Instituto Municipal de Investigación Médica de Barcelona (IMIM), Jordi Camí, advirtió ayer de que el objetivo del evento, al que se han inscrito 600 personas, no es repetir diagnósticos "de sobra conocidos" sobre los desequilibrios existentes en el mundo en materia de salud y desarrollo. "El objetivo es revisar este mare mágnum que es hoy la cooperación y repensar nuevas estrategias compartiendo experiencias con los propios protagonistas", dijo Camí en el acto de inauguración del diálogo. El director del IMIM sostiene que prima un cierto "desorden y caos" en las actuales estrategias de ayuda a los países en desarrollo destinadas a la promoción de la salud, ya que surgen constantemente iniciativas que a veces se solapan o incluso se interfieren entre sí.

El continente africano, como paradigma de la relación que se da entre bajo nivel de renta y problemas de salud, centrará la atención de los ponentes. Pascoal Mocumbi, alto representante de un proyecto de la Unión Europea para desarrollar ensayos clínicos en África sobre sida, malaria y tuberculosis, quiso ilustrar con cifras cómo la pobreza y los problemas de salud castigan de forma implacable a los países pobres, y muy especialmente a los de África subsahariana, donde "más del 40% de la población vive con menos de un dólar al día".

El ex primer ministro de Mozambique se centró en los problemas de salud materno-infantil, un parámetro que tachó de muy indicativo del estado de salud de las poblaciones. Según datos que Mocumbi atribuyó a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mitad de los 10 millones de niños menores de 5 años que mueren cada año en el mundo son del continente africano, donde la mortalidad infantil ha aumentado en los últimos años, mientras que en los países desarrollados se ha reducido drásticamente.

Mortandad infantil

La malaria, endémica en 91 países, mata a un millón de niños cada año en las zonas más pobres, y los países desarrollados "no han reconocido la necesidad de desarrollar una vacuna" contra esta enfermedad infecciosa, denunció Mocumbi.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Las mujeres, "cuya salud se desprecia en algunos países", constituyen otro de los colectivos frágiles del Tercer Mundo. Una de cada 16 mujeres en África subsahariana tienen riesgo de morir durante el embarazo y el parto, una proporción que se sitúa en una de cada 4.000 en Europa. Más del 95% de las muertes a causa de la maternidad se producen en los países en desarrollo, lo que significa que para las mujeres de estas zonas el embarazo y el parto suponen un "riesgo de sufrimiento, cuando no de muerte", que podría evitarse, dijo Mocumbi. El sida, otra de las enfermedades más letales en el continente africano, se ceba muy especialmente con las adolescentes y mujeres jóvenes, entre las que la prevalencia del VIH es el doble que en los hombres de la misma edad.

En opinión del ex primer ministro de Mozambique, la poca consideración que se tiene a la mujer en algunos países, los conflictos y guerras, la falta de un sistema sanitario y de condiciones adecuadas de salubridad han conducido a esta situación. Mocumbi reclamó la "ayuda de los países desarrollados", una cooperación que, en su opinión, ha de ir encaminada hacia la inversión económica, la renegociación "generosa" de la deuda externa o la implantación de medidas de igualdad de género. Medidas, sin embargo, que han de contar con la voz de los países destinatarios de la ayuda.

La consejera de Salud de la Generalitat, Marina Geli, agregó a las medidas reclamadas por Mocumbi la revisión de las prioridades en investigación biomédica para hacerla accesible a todo el mundo, y resaltó que la mayoría de las enfermedades que más matan en los países pobres, como la malaria, el sida o paludismo, "son prevenibles", incluso sin medicamentos. En el mismo sentido se manifestó la directora de la Oficina Europea de Servicios de Salud integrales de la OMS, Mila García-Barbero, quien defendió la educación, muy especialmente de la mujer, como un elemento clave para la promoción de la salud y consideró que las nuevas tecnologías, entre ellas Internet, pueden contribuir en gran medida a lograr este objetivo, sobre todo en zonas aisladas del planeta.

En un tono más crítico, Aleya Hammad, representante del consejo del Trustees of Arab Women, culpó a la OMS de haber sido "demasiado lenta" en reconocer la amenaza que el sida suponía para el Tercer Mundo. Hammad defendió el papel de las ONG "que trabajan en las propias comunidades y conjuntamente con los servicios estatales" como la "mejor forma" de actuar en países pobres en la promoción de la salud y el desarrollo. Como ejemplo, recordó que si hoy la OMS trabaja para lograr el acceso de de fármacos genéricos contra el sida en los países en desarrollo es "gracias a las campañas" que realizaron en Uganda y Sudáfrica las ONG.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_