Contra Bush
"ACABO DE terminar el libro Contra Bush que es mi diario de la presidencia de Bush. Empieza antes de su elección advirtiendo del peligro de Bush y Cheney con sus intereses petroleros y desemboca en los últimos desastres de las torturas. El libro demuestra el fracaso total de esta guerra y la degeneración de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. Las imágenes que hemos visto de esa niñita de pueblo, de una familia media de Estados Unidos, la encierras en un calabozo y de repente se convierte en un vampiro.
A Bush hay que pasarle la factura de haber convertido las posibilidades de crear un nuevo orden internacional en el total desorden internacional. En la ruptura total del derecho internacional a favor de sus caprichos. Clinton tenía todo enderezado a la solución del problema Palestina-Israel, tenía prevista la amenaza terrorista de Al Qaeda y Osama Bin Laden, pero llegó Bush y, a cualquier sugerencia que se le hiciese en ese sentido, lo ponía de lado para decir que había que ir por Irak. Obsesión que nos ha metido en el lío en el que estamos. Es terrible que estemos en manos de este ignorante, salvaje, agresivo. Ojalá que las cosas cambien. Es un equipo muy violento e incompetente. Pero, en fin, no seamos pesimistas. Ha habido una clara resistencia de Francia, Alemania, Chile y México, y ahora se ha unido Zapatero. Ya se rompió ese perverso eje que constituyó Aznar con Bush. No estamos en contra de ustedes, no los odiamos, sólo no queremos que se violen las normas del derecho internacional". Con esta vehemencia se expresa Carlos Fuentes, que en la conversación reiteró con nostalgia el gran presidente que fue Clinton, a quien conoció en una cena con García Márquez, y su cultura: "Clinton es un gran lector. Un hombre de su servicio de inteligencia cuenta que leía hasta las dos de la madrugada. Bush se acuesta a las diez de la noche".
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