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Un estudio limita a un 5% los jóvenes que comparten la doctrina sexual católica

Los que van a misa todos los domingos son el 12% aunque el 66% se considera creyente

Carmen Morán Breña

Entre los jóvenes españoles de 13 a 24 años sólo un 12% dice ir a la misa dominical y un 33% de ellos se declara católico y cumplidor ocasional con los ritos, el mismo porcentaje que suman los ateos, agnósticos e indiferentes con la religión. Cuestiones como la sexualidad o el control de la natalidad que propugnan los obispos agudizan el divorcio entre la Iglesia y los jóvenes. El sociólogo Javier Elzo, uno de los autores del estudio sobre jóvenes y religión, limita a sólo un 5% la cifra de jóvenes que comparten la ortodoxia eclesial aunque un 66% se considere católico.

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Los datos que arroja la relación entre los jóvenes españoles y la religión no son muy halagüeños para la Iglesia. Así es como lo interpretan los cuatro sociólogos que presentaron ayer la encuesta quinquenal encargada por la Fundación Santa María, vinculada a los marianistas: Juan González-Anleo, Pedro González Blasco, Javier Elzo y Francisco Carmona. Éste último opinó que la Iglesia "va camino de convertirse en una secta", al menos desde un punto de vista numérico. Carmona consideró además que la actitud de la jerarquía está siendo "cerrada" y "excluyente" para los que no comulgan por completo con su ideario.

El estudio, Jóvenes 2000 y religión, se ha redactado a partir de las respuestas que dieron sobre 67 cuestiones 1.075 jóvenes en 2002. Por primera vez se ha incluido a los chicos de 13 y 14 años, el tramo más religioso entre los jóvenes. A pesar de ello, las cifras no cambian mucho. Sólo un 12% va a misa de domingo y "en su mayoría son chicas, hijos de familias adineradas y votantes de derechas", dice el estudio. La clave de este alejamiento, la encuentran los sociólogos en que "muy pocos jóvenes encuentran en la Iglesia ayuda religiosa para orientarse en la vida y hallar respuesta a sus problemas".

El 20% de los encuestados afirma haber pasado de una postura religiosa a una no religiosa, sin diferencia entre los hombres y las mujeres. Y sólo el 2% ha hecho el viaje contrario.

Un 79% opina que la Iglesia es demasiado rica, que tiene demasiado dinero, y un 66%, que hace muy poco de lo que exige a los demás; el control de la natalidad, la libertad sexual, sus exigencias morales y su anclaje en el pasado lastran la relación de la Iglesia con los jóvenes. La mitad dice que la Iglesia católica se compromete poco con los pobres y los débiles (véase gráfico). Y las visitas evangelizadoras del Papa no consiguen mucho: el 47% opina que no sirven de nada tantos viajes y a un 44% si el Papa va o viene "le deja frío".

La postura de los jóvenes sobre la religión viene influida por el ambiente familiar (66%) y por lo que ven en la sociedad (29%). Algo después aparece la influencia de los propios curas, profesores y amigos. Pero el sociólogo Javier Elzo afirmó que, cuando se trata de influir de forma determinante, por ejemplo para apoyar las vocaciones religiosas que surjan entre los jóvenes, la familia "desaparece".

Las vocaciones están en crisis, más aún que las cifras que reconoce la Iglesia, dijeron los sociólogos. Los jóvenes ven a los sacerdotes escasa utilidad social, de hecho, en una escala de 13 profesiones quedarían los últimos en utilidad si no fuera por los militares de carrera. En 1999, el 92,9% de los jóvenes encuestados no había pensado nunca en la vida religiosa como una opción profesional. Ese porcentaje se eleva ya al 94,2%. En 1999, un 4,8% de los chicos había pensado alguna vez en la posibilidad de meterse al sacerdocio y en 2002 son prácticamente los mismos (4,7%, aunque se ha incluido a chicos de 13 y 14 años); pero entre las mujeres la cifra ha pasado del 7% al 5,2%. "Las mujeres consideran que en la Iglesia las ven como personas de segunda categoría", explicó Elzo.

De hecho hay más chicos que chicas que dicen haberse planteado "seriamente" hacerse religiosos, aunque los porcentajes no llegan al 1% en ningún caso. Eso significa alrededor de 21.000 jóvenes, pero al final, la idea se queda sólo en idea: en España hay ahora unos 1.640 seminaristas.

Los que rechazan la idea de ingresar en la familia católica argumentan que su intención fue pasajera y como vino se fue (42%) o que no quieren comprometerse para toda la vida y sí terminar sus estudios y ejercer la profesión elegida (ambos un 32%). La obligación de mantenerse célibes sólo parece incomodar al 14%.

Si se diferencia por comunidades autónomas, Andalucía figura a la cabeza, con un 63% de jóvenes que se declaran católicos de práctica regular u ocasional, seguida por Castilla y León (50%), Madrid y el País Vasco (34% ambos). Muy alejada de estos queda Cataluña, donde el 54% se declara no religioso.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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