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Garrido dimitió como responsable del congreso sobre inmigración

El filósofo deja abierta su decisión tras una carta de González Pons

La exclusión del filósofo italiano Gianni Vattimo y el cambio de título del anunciado primer congreso autonómico sobre educación e inmigración provocaron la dimisión del presidente del comité científico del mismo, el filósofo Manuel Garrido. Una carta del consejero de Cultura y Educación, Esteban González, llevó a Garrido "a considerar a la luz de razones de fondo las razones" formales de su "abandono".

Manuel Garrido fue elemento fundamental en el desarrollo que experimentó la lógica y la filosofía de la ciencia en Valencia, donde durante años fue uno de los dos únicos catedráticos de Lógica con los que contaba la universidad española. A principios de septiembre aceptó la invitación del consejero de Cultura para presidir el comité científico del congreso que ambos presentaron el 16 de octubre en rueda de prensa como de "educación e inmigración". En la carta de dimisión enviada a González Pons a mediados de noviembre, Garrido señalaba como una de las razones de su decisión el cambio de título del congreso sobre "Educación e Interculturalidad bajo el lema Cultura y Educación s. XXI", a cuya organización se le había invitado a incorporarse. Según la carta de Garrido, éste conoció "minutos antes" de la citada rueda de prensa, la supresión de "las palabras cultura y multicultura, una de las principales razones" por las que "había aceptado la mencionada Presidencia".

Pero el detonante de la dimisión fue "la noticia de que el Consejero de Cultura" había vetado su invitación, "ya formulada y aceptada, al filósofo italiano de mundial reputación Gianni Vattimo". La razón de su exclusión, según se le dijo a Garrido en una visita realizada a la Consejería de Cultura el 14 de noviembre, era "que el profesor Vattimo es diputado socialista". Para esa fecha, el catedrático de filosofía había ya conseguido que tanto Vattimo como los prestigiosos profesores y pensadores Manuel Castells, Alain Touraine, Michael Dummett y Charles Taylor, accedieran a venir al congreso, previsto para febrero de 2004, al igual que "más de la mitad de los aproximadamente cincuenta especialistas españoles a invitar". Garrido se preguntaba cómo podía explicar a todos ellos el cambio de titular y la exclusión producida. Se contestaba: "... sólo justificando la comunicación de estas para mí impresentables noticias a cada profesor ya invitado en el contexto de una copia del presente escrito que ratifica mi dimisión".

La carta de respuesta de González Pons no se hizo esperar. Mientras tanto, se decidió, además el aplazamiento del congreso hasta después de las elecciones generales. El tenor de la misiva del consejero consiguió conmover a Manuel Garrido, según confiesa éste en una tercera carta, hasta el punto de llevarle a "considerar a la luz de razones de fondo las razones formales" de su "abandono". El filósofo acepta posibles malentendidos, pero se pregunta escéptico "si es ya posible recomponer todos los platos rotos", y en especial los platos principales, es decir, "las estrellas invitadas", aunque "el aplazamiento del congreso da tiempo para explorar otras" estrellas. Considera, asimismo, "más fácil de cambiar que de recomponer" lo que llama "plato del aperitivo" en referencia a la presidencia científica de la cual había dimitido, aunque no descarta la segunda posibilidad, para la cual de declara a la "disposición" del consejero. "Pero nadie tiene que convencerme de que soy perfectamente sustituible", concluye el catedrático de filosofía.

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