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El Senado de EE UU aprueba sanciones contra Siria

El Senado de EE UU ha seguido el ejemplo de la Cámara de Representantes y ha aprobado casi por unanimidad un conjunto de sanciones contra Siria para castigar su presunto apoyo al extremismo islámico y su hipotética ambición por conseguir armas de destrucción masiva. La Casa Blanca, que siempre había mostrado cierto rechazo a las sanciones para evitar un enfrentamiento mayor con el mundo árabe, parece inclinada ahora a ratificar la ley. El presidente George W. Bush tendrá que escoger el tipo de sanción entre varias propuestas, incluida la prohibición total de las exportaciones a ese país.

Históricamente, la Casa Blanca siempre se ha opuesto a que los presidentes acepten sanciones gestadas en el Capitolio, porque cualquier decisión de ese tipo recorta el margen de acción diplomática que puede permitirse EE UU. Sin embargo, Bush parece decidido a convertir a Siria en un ejemplo de severidad; fuentes de la Casa Blanca han adelantado la disposición de Bush a firmar la ley.

Washington lamenta constantemente el supuesto apoyo de Siria a movimientos extremistas. Acusa a ese país de haber convertido su territorio en un santuario para militantes de Hamás y la Yihad Islámica, dos grupos radicales que el Departamento de Estado incluye siempre en su lista de organizaciones terroristas internacionales. Bush, que en varias ocasiones ha lanzado amenazas nada veladas contra Siria por su falta de esfuerzo en el cierre de la frontera con Irak, mencionó la semana pasada al Gobierno de Damasco como uno de los que "deben de tomar nota" sobre los acontecimientos que han sucedido en Irak.

El Senado, por 89 votos contra 4, aprobó una legislación casi idéntica a la que la Cámara de Representantes adoptó el mes pasado por 398 votos contra 4. La similitud entre ambos textos permite el envío inmediato de la nueva ley a la Casa Blanca para activarla con la firma de Bush. La redacción final también exige a Siria que ponga fin a sus 27 años de presencia militar en Líbano, que interrumpa inmediatamente cualquier esfuerzo por hacerse con un arsenal de armas de destrucción masiva y que cierre su frontera al paso de presuntos terroristas hacia Irak.

Si no cumple esos requisitos, se prohibirá la exportación a Siria de bienes de doble uso -militar y civil- y quedará en manos del presidente Bush la imposición de al menos dos sanciones de entre estas seis: prohibición de todas las exportaciones a Siria excepto alimentos y medicinas, prohibición de todas las inversiones estadounidenses en Siria, restricción de movimiento a un radio de 40 kilómetros a los diplomáticos sirios en Washington y Naciones Unidas; prohibición del uso de aeropuertos y del espacio aéreo estadounidense a todos los aviones sirios, reducción de todos los contactos diplomáticos con Siria y congelación de todos los bienes sirios en EE UU.

Siria es el único país que mantiene relaciones diplomáticas con EE UU a pesar de estar designado como "patrocinador del terrorismo". Las sanciones económicas no tendrían demasiada relevancia, porque el intercambio comercial entre ambos países apenas llega a 300 millones de dólares anuales.

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