Luz de las Imágenes
Todo ciudadano se congratulará del loable esfuerzo realizado. Esta exposición promovida por el Gobierno de los valencianos -con recursos de los contribuyentes- inevitablemente acaba dando mal sabor de boca. ¡Cuidado! Se trata de la presentación, no del contenido.
El pasado 25 de octubre, dentro de las actividades comunes de los casales Jaume I de Elche, Alicante, etcétera, fuimos a Orihuela una treintena de personas interesadas en verla. De entrada ya íbamos sabiendo que no contaríamos con un guía: simplemente porque no había, no habían tenido en cuenta el conocimiento del valenciano a la hora de buscar personal cualificado (?). Eso sí, cualquier grupo de franceses o alemanes sí podía disponer de guía.
En fin, ya pensábamos resignarnos con carteles y cuadernos. Cuál sería nuestra sorpresa que, además de estar situados muy abajo -para el gozo de la gente con los habituales problemas visuales-, los carteles eran prácticamente ilegibles tanto por la (mala) iluminación como por los colores de las letras y cartulinas: más o menos blanco sobre crema, "dificultad" que curiosamente no sufrían los textos en castellano. La irritación por esta insólita y gratuita agresión a los más elementales derechos cívicos de los valencianos era indescriptible.
Evidentemente protestamos, a pesar de conocer otras quejas a través del Síndic de Greuges -que no han merecido contestación- y continuamos haciéndolo en todos los medios posibles: unos hechos tan vergonzosos han de ser denunciados para evitar que se repitan.
Confiamos que se tomará alguna medida ahora que en la exposición se han esforzado en introducir el horario ininterrumpido y la han prorrogado hasta mayo de 2004 (en las sucesivas Luz de las Imágenes prolongar el despropósito sería infamante) y también confiamos que los responsables de las Diócesis de Orihuela-Alicante tengan más cuidado cuando participen en eventos que les dejen en mal lugar.
