_
_
_
_
_

Los accionistas de Granada impiden que Green presida ITV

El fundador de Carlton dimite antes de que la empresa fusionada eche a andar

Michael Green, fundador y presidente de Carlton y designado presidente ejecutivo de ITV, el gigante de la televisión británica que resultará de la fusión de Carlton con su rival Granada, ha tenido que renunciar a su cargo en la nueva empresa antes de que ésta empiece a funcionar. El carismático ejecutivo, del que se dice que prefiere ver los programas de la BBC antes que los suyos, resistió hasta último momento la presión de los accionistas.

El calibre de la oposición a Green hacía más que previsible que el presidente tenía las horas contadas y, de hecho, fue anoche, muy tarde, cuando Green aceptó dimitir. Ocho accionistas institucionales, encabezados por Fidelity con el activo apoyo de Standard Life, le habían dado a Green un ultimátum hasta el mediodía de ayer para que renunciara a presidir ITV. Si no lo hacía, el jefe del fondo de pensiones británico Standard Life, David Cumming, había amenazado "con convocar una junta extraordinaria de accionistas para cesarle".

Detrás de la maniobra contra Green estuvo Anthony Bolton, el patrón de Fidelity, conocido en la City de Londres como el asesino tranquilo. Bolton y el resto de accionistas revoltosos, que suman el control directo del 36% de Carlton y el 33% de Granada y tuvieron el apoyo oficioso de más de la mitad de los accionistas de ambas empresas, hicieron responsables a Green y al máximo ejecutivo de Granada, Charles Allen, de los malos resultados de los últimos años. Y, en particular, del fracaso de ITV Digital, que quebró el año pasado e hizo perder el equivalente a 1.450 millones de euros a sus accionistas.

ITV es hasta ahora una especie de marca en franquicia a la que llenan de contenido un puñado de productoras y empresas de televisión. Con la fusión de Carlton y Granada, aprobada por el Gobierno este mes, ITV se convertirá dentro de 18 meses en un gigante unitario con un valor de mercado de 4.600 millones de libras (6.600 millones de euros) que controlará el 52% del mercado de la publicidad de televisión en el Reino Unido. ITV se convertirá en el competidor de la pública BBC y la televisión por satélite de Rupert Murdoch, BSkyB.

Pero los accionistas de Carlton y Granada, que han ocultado al público sus diferencias con Green y Allen durante un año, mientras éstos negociaban con el Gobierno británico las condiciones de la fusión, desconfiaron de la capacidad de los dos ejecutivos, que se llevan como perro y gato, y que al negociar la fusión se adjudicaron de un plumazo los cargos de presidente ejecutivo y director ejecutivo de la nueva compañía.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_