Jerónimo Gonzalo: La amistad como valor
¡Qué gran suerte haber sido, durante muchos años, amigo de Jerónimo! ¡Qué enorme fortuna haber sido, durante tanto tiempo, depositario de su afecto y de su confianza!
Jerónimo era andalusí, como yo. Ello facilitó, sin duda, nuestra comunicación y afecto recíproco; no desde un localismo panderetero y estéril, sino desde su generosidad imaginativa y fértil.
Conocedor como pocos del auténtico sentido de la obra del Marqués de Sade, profundo estudioso de la realidad de un país tan complejo como la China Popular de los sesenta y setenta, conversador dionisiaco pero respetuoso y tolerante de los criterios ajenos, Jerónimo Gonzalo fue siempre un hombre ideológicamente por delante de nuestro tiempo. Quizá por eso constituyó un "partido-tertulia" formado por viejos republicanos de izquierda de añeja biografía (¡ay, Carlos Gurméndez!) que pasó a la historia con el atinado nombre de Los Panteras Grises. Posiblemente por eso también se supo ganar la confianza de sus compañeros de trabajo, a través de su actividad sindical.
Yo no sé quién ocupará su luminoso sitio en el orden de mi territorio de rotunda amistad. De verdad, no lo sé.-