Távora y Orff
No hace tanto que la prensa diaria, y en particular las revistas de música, aireaban la metedura de pata de cierto consejero de Cultura de la Xunta de Galicia sorprendido por un periodista cuando el político hacía cola ante la taquilla de un teatro, al que iba a asistir para que su hija pudiera oír a una famosa cantante de nombre Carmina Burana.
Pues bien, cuando los que ya nos hemos enterado de que en la cantata escénica de Carl Orff no hay ninguna Carmina, aunque sí carmina (canción-poema) llega ese prohombre de la Andalucía eterna y profunda que es don Salvador Távora -no satisfecho todavía de tanta corneta, tanto tambor, tanto toro, tanto caballo, tanta moza despechugada en la arena, tanta Carmen y tanto don Juan- y nos dice, y se queda tan pancho, que estamos confundidos, que lo de Orff no son las canciones medievales que el compositor alemán halló en la abadía benedictina de Beuern: ¡Qué no es eso, que os lo digo yo, que se trata de la atractiva, sensual y andaluza señora Carmina, con la que, en adelante, los amantes de la música ya pueden identificar la interesante partitura del compositor alemán!
Pues muy bien, premio para el señor Távora y sus Imágenes andaluzas para Carmina Burana que el Festival del Castillo de Peralada, lo cual se entiende aún menos, si se tiene en cuenta la trayectoria de este prestigioso festival gerundense, ha estrenado en su XVII edición.
