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Entrevista:JOAN VIÑAS | Rector de la Universidad de Lleida

"El número de estudiantes es un factor demasiado determinante"

El catedrático de Cirugía Joan Viñas (Mataró, 1950) fue investido el pasado martes nuevo rector de la Universidad de Lleida (UdL). Viñas, que ganó contra pronóstico las elecciones con el 55% de los votos frente al 38% obtenido por su contrincante, el catedrático de Historia Roberto Fernández, es la antítesis de su predecesor en el cargo, Jaume Porta, que al final de su larga gestión acabó enfrentado con buena parte de la comunidad universitaria.

De carácter alegre, vital y dialogante, Viñas afronta su mandato con tres retos fundamentales: conseguir más recursos económicos para la institución, mejorar la calidad docente y frenar la pérdida de alumnos. Ha recibido una universidad consolidada con alrededor de 10.000 estudiantes y una plantilla de 760 profesores, pero con algunas carencias notables, que la hacen competir en inferioridad de condiciones con las de su entorno.

"Reclamo recursos para aumentar la masa crítica de los grupos de investigación"

El tono reivindicativo de su discurso de toma de posesión le valió a Viñas la primera reprimenda del consejero de Universidades de la Generalitat, Andreu Mas-Colell, a quien no le gustó que el rector le pidiera públicamente más dinero para la universidad leridana.

Pregunta. El consejero Andreu Mas-Colell puso cara de pocos amigos cuando en el acto de investidura como rector usted le reclamó más recursos económicos. Concretamente le pidió una "discriminación positiva" para con la Universidad de Lleida por ser ésta un factor de equilibrio territorial y para poder mejorar la calidad de la docencia y de la investigación. ¿Cómo justifica una discriminación positiva hacia la UdL?.

Respuesta. Una universidad como la nuestra, creada hace 12 años, es como un niño pequeño, que necesita más alimentos y cuidados que un adulto, que ya se vale por sí mismo. Una universidad pequeña como la nuestra tiene las mismas necesidades que una grande, con el agravante de que tiene que dar respuesta a las demandas con menos medios materiales y económicos. Si el número de estudiantes es un factor demasiado determinante eso perjudica a las universidades del tamaño como la nuestra. A esto me referí cuando utilice el concepto de discriminación positiva. Si tenemos grupos de investigación competitivos han de hacer un esfuerzo complementario porque necesitan un número mínimo de investigadores y si esta llamada masa crítica de investigadores no es suficiente, entonces es muy difícil competir.

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P. Una de las quejas de su antecesor, Jaume Porta, también fue la falta de recursos económicos. ¿Tan deficiente o tan injusto es el sistema de financiación que nutre a la UdL?

R. Es obvio que el dinero es muy necesario para que una universidad funcione, aunque en mi opinión lo importante es la calidad profesional, humana y científica de su personal. También es evidente que en una sociedad competitiva como la nuestra si no hay suficientes medios es imposible competir al mismo nivel. Por eso valoro los esfuerzos y los grandes éxitos que están consiguiendo nuestros centros. Un estudio del Instituto Carlos III señala que nuestra Facultad de Medicina está entre las primeras de España a pesar de tener menos recursos que muchas otras.

P. Además de conseguir más recursos para la UdL, ¿qué otros retos se ha fijado para sus primeros cuatro años de mandato?

R. En primer lugar el de la calidad de la investigación. Los recursos que reclamo son para eso, para aumentar la masa crítica de los grupos de investigación y ayudar a los grupos emergentes para que sean más competitivos y crear redes internacionales de investigación. Otro objetivo es conseguir una docencia de calidad, es decir, que el estudiante reciba una enseñanza basada en un aprendizaje personalizado al máximo, centrada en el alumno, con una calidad científica y pedagógica. En tercer lugar, calidad en los servicios para que los estudiantes se encuentren a gusto y la universidad sea atractiva.

P. La UdL empieza a acusar el efecto del descenso de la natalidad. Hace ya cuatro años que en cada curso desciende el número de estudiantes que se matriculan en el centro, lo cual repercute en los ingresos por matrícula. ¿Ha pensado en alguna política concreta para frenar esta pérdida de alumnado?

R. Este es realmente un problema de todas las universidades, que se nota más en las pequeñas como la nuestra porque están situadas en un territorio con menor densidad de población. Nuestro equipo ya ha diseñado una estrategia para captar nuevos estudiantes tanto de Lleida como de fuera, a través de una campaña de aproximación al territorio, al profesorado y a los estudiantes de secundaria para que conozcan las virtudes y las posibilidades académicas que ofrece la UdL. También abriendo líneas de enseñanza de posgrado que respondan a las necesidades de la sociedad de nuestro entorno, que es una sociedad del conocimiento

P. ¿Qué es lo que le falta a la actual UdL para ser más competitiva?

R. En este momento, la nuestra es una universidad consolidada. Tiene unas edificaciones modernas y de gran calidad y aun faltan por construirse tres nuevos edificios. A partir de aquí lo que hace falta es llenarlos y disponer de las dotaciones adecuadas para optimizar los recursos y ampliar la plantilla. Por otra parte, pienso que hay que mejorar la conexión entre la universidad y la sociedad. La universidad tiene que estar al servicio del territorio y abierta siempre a sus demandas. La voluntad del nuevo equipo de gobierno es que la UdL tenga siempre las puertas abiertas a la sociedad y esté atenta a las necesidades de sus instituciones y de su tejido social.

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