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Signos

Viaje al reino de Argantonio

Jesús Maeso de la Torre recrea los orígenes de Cádiz en la novela 'Tartessos'

A comienzos de la presente década, el escritor Jesús Maeso de la Torre (Úbeda, 1949) alcanzó un fulgurante éxito con su novela Al-Gazal, el viajero de los dos orientes. El aplauso de la crítica y el público se repitió con sus dos siguientes títulos, La Piedra del Destino y El papa Luna. Su obra más reciente, Tartessos, editada como las anteriores por Edhasa, proyecta su mirada sobre el reinado del monarca Argantonio, entre 630 y 650 a. de C.

El resultado es un imponente fresco del Mediterráneo de la época, que Maeso ha trazado con entusiasmo y rigor. "Siempre he creído que Tartessos fue uno de los enigmas más sugestivos del viejo mundo, con Gadir, Puerto Menesteo, Gerión, el Jardín de las Hespérides... Me pareció un tema fascinante para una novela", explica el escritor.

Faro de cretenses, griegos, fenicios, micénicos, etruscos y cartagineses, la misteriosa civilización tartésica parecía reunir todos los ingredientes para acoger una trama novelesca. "Tartessos simbolizó siempre la prosperidad, la felicidad, la fortuna, el buen gobierno", apunta Maeso. "Hoy, cuando muchos pueblos de España están buscando sus raíces, podemos recordar que antes de que fuera erigido el Partenón teníamos aquí una civilización esplendente, maestros de la siderurgia y la orfebrería, capaces de proezas náuticas como llegar hasta lo que actualmente es Inglaterra, o colonizar las islas del Atlántico".

Para este jiennense afincado en Cádiz, la tarea de documentación ha sido esta vez más ardua que en sus anteriores empeños. Aparte del célebre Bronce Carriazo o el Tesoro del Carambolo, apenas quedan rastros de Tartessos y sí montañas de especulaciones. "He escogido lo que hay: sobre esa maraña de datos contradictorios he tratado de levantar el edificio de la novela", asegura.

El proceso creativo de Tartessos, no obstante, parece haber deparado a su autor enormes satisfacciones. Entre éstas, Maeso destaca "ciertas evocaciones de Gadir, como la prostitución sagrada en el templo de Astarté, la formalización de pactos comerciales en el de Melkart, la vida de ese Gadir fenicio que, mal que le pese a algunos arqueólogos, existió". Y añade: "Lo que he querido cantar es una metáfora de los paraísos perdidos, ahora que todo el mundo parece huérfano de referentes".

Escritor extremadamente hábil en el manejo de datos y el dibujo de personajes, Maeso no rehúye dificultades en su faena narrativa: "Tartessos ha sido un desafío, dada mi vocación de medievalista. Mi próxima novela será sobre Roma y el Gades romano, y estos empeños me han servido para demostrarme que soy capaz de trabajar fuera del ámbito medieval. Me gustaría que el siguiente reto fuera una novela sin evocaciones históricas, sobre un contexto actual", afirma.

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El caso de Maeso puede calificarse de extraordinario: tras publicar en 1976 un poemario, Pisadas de sueños, mantuvo un silencio editorial de más de casi 25 años antes de revelarse como novelista. "El autor no estaba dormido, pero no me atrevía a mandar novelas a ningún editor", recuerda. "Ya tenía escrita La Piedra del Destino y también Tiempo de ira, una historia sobre la peste negra en Sevilla que se publicará en el plazo de dos años. Pero no creía que hubiera nadie a quien pudiera interesarle lo mío".

Él mismo fue el primer sorprendido de la buena acogida de sus libros: "No podía ni imaginármelo. Que revistas prestigiosas te sitúen entre los grandes de la novela histórica española, que te lleguen felicitaciones de todas partes, no cabía ni en mis mejores sueños. A menudo me reseñan como 'el novelista gaditano' y, curiosamente, en esta ciudad soy muy poco conocido".

Entre charlas y presentaciones, Maeso de la Torre se resiste a interrumpir su proceso creativo, en el que las influencias históricas comparten espacio con las lecturas más diversas. "Cuando estoy escribiendo, me pongo en las antípodas. Creo que estoy aprendiendo continuamente, soy un lector voraz y leo desde clásicos a contemporáneos, incluso a la gente joven de mi entorno. De todo intento sacar provecho", dice.

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