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Goran Bregovic sintetiza las culturas musicales balcánicas en el Kursaal donostiarra

Maribel Marín Yarza

El músico Goran Bregovic, nacido en Sarajevo, es hijo del mestizaje: tiene una madre ortodoxa serbia, un padre croata católico y una esposa bosnia musulmana. Por eso le obsesiona la convivencia entre las culturas, también cuando escribe música. Bregovic, pareja de hecho cinematográfica de Emir Kusturika, demostrará mañana en el Kursaal de San Sebastián que no sólo es posible sino deseable lograr esa armonía. En el concierto fusionará polifonías búlgaras con melodías zíngaras, fanfarrias balcánicas, inspiración pop y sonoridades electrónicas.

Su música, una revisión del folclor de los Balcanes, no puede entenderse sin conocer su trayectoria. A principios de los 70 creó el grupo Bijelo Dugme y combatió el sistema de valores del comunismo a ritmo de rock and roll. "Era la única manera de poder expresar nuestro descontento sin que por ello nos metieran en chirona", ha dicho más de una vez.

Pero se cansó del trajín de las giras y disolvió la banda a mediados de los 80 para iniciar su carrera como compositor junto al cineasta Emir Kusturika. Se estrenó con El tiempo de los gitanos, película que le sirvió en bandeja el reencuentro con sus raíces balcánicas y su visado para trabajar en cine. En 1995, tras más de una década sin pisar los escenarios, volvió a apostar por el directo. Mañana actuará junto a su grupo The Small Wedding and Funeral Band.

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