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La Cabra Mecánica, ilusos y millonarios

El grupo de rock ha vendido 80.000 copias de su último disco, 'Ni jaulas ni peceras'

Acierto de unos ejecutivos publicitarios que viene al pelo para seguir en la brecha, regalo de las musas del pop o simplemente fruto de la insistencia, el trabajo y la fe de su líder, Miguel Ángel Hernando Lichis, el caso es que La Cabra Mecánica, gracias de nuevo al tirón de un éxito popular -el tema de campaña del cupón de la ONCE No me llames iluso-, continúan su andadura firme en tiempos de crisis: casi trescientas actuaciones en año y medio, alrededor de ochenta mil ejemplares de su último disco Ni jaulas, ni peceras y ahora su éxito con el tema La lista de la compra.

Tanto éxito, Lichis se lo toma, en el año del centenario rojiblanco, con total naturalidad: "Soy del Atlético de Madrid y seguro que todo esto tiene que ver algo con eso".

Pero este innegable reconocimiento popular que vive el grupo, a pesar de que ese punto de amargura etílica, de desesperación que destilan las canciones de Lichis, quizá se deba a la habilidad de este catalán criado y curtido en Madrid para lavar la cara al espíritu musical de las orquestas de verbena. Un carácter como músico, el suyo, nacido al calor de la dura experiencia de ser músico en España: "Lo que he tenido siempre en la cabeza es una visión surrealista del mundo de la música, un tanto a lo Frank Zappa. Al principio soñaba con tocar el bajo para artistas importantes para irme a Berkeley a estudiar y a tocar con gente cool. Pero, como suele pasar, la realidad me dio una hostia importante y me vi tocando en garitos con un grupo de rockabilly. Yo he querido expresar eso: el desencanto, el esperpento en el mundo de la música. La orquesta popular es el arquetipo de todo eso: muchos buenos músicos que sueñan con tocar en Berkeley mientras tocan pasodobles".

Lichis reconoce varias fijaciones en su obra musical. La primera, la gastronómica, ya que la comida está presente en gran parte de sus canciones -Arroz con ajo, Caramelo o "... son tus labios para mí un plato de calamares", como reza la letra de una de sus canciones-. "Para mí, la comida es un arte y una forma de expresar sentimientos superpotente y al alcance de todo el mundo. Es como el rock and roll: cualquiera puede cocinar, como cualquiera puede coger una guitarra. Cuando cocino algo y me sabe a como lo hacía mi madre, se me remueven un montón de sentimientos. Además, el lenguaje popular que utilizamos está lleno de frases y chascarrillos que tienen que ver mucho con la comida".

También el alcohol y las drogas dejan su rastro en las composiciones de La Cabra Mecánica, y eso a pesar de que la voluntad de Lichis al respecto no es la de hacer apología ni tampoco la de condenar: "En el tema de las drogas, yo nunca he querido dar una visión a favor o en contra. Sólo cuento mi experiencia tal y como yo la entiendo; con sus virtudes y sus defectos. En mis canciones se habla de la cocaína, pero yo no defiendo su uso. Lo que intento es expresar qué sucede cuando tomas cocaína. Para mí es más como grabar una especie de documental".

Otra enorme habilidad de Lichis es la de hacer frases que se clavan en la memoria. "Es la falta de amor la que llena los bares", cantaba en un disco anterior, y ahora dice en otra canción: "Te quiero como en las canciones de Camela". El compositor admite ese talento con cierto rubor: "Yo soy muy autocrítico cuando hago canciones. Muchas veces componer es un proceso doloroso, porque el 90% de lo que escribes es una mierda y enfrentarte a eso es duro. Pero cuando das con algo que realmente funciona, también lo sabes. Cuando doy con una frase de ésas me río, eso es signo de que por fin he conseguido algo que realmente merece la pena, y me digo a mí mismo: '¡Vamos, tronco, a hacer otras 90 canciones malas...!'. Lo importante es ser siempre sincero con uno mismo".

Lichis, el cantante de La Cabra Mecánica.
Lichis, el cantante de La Cabra Mecánica.
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