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Epidemiólogos alertan de que las desigualdades sociales bajan el nivel de salud de la población

Un experto augura un aumento de la marginalidad y la violencia social

Las diferencias sociales y el acceso de la población a los elementos comunes determinan el nivel de salud de la población, según advierte el catedrático de Salud Pública de la Universidad Miguel Hernández y presidente de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), Ildefonso Hernández. Y lo advierte ante el peligro inminente de que "el aumento de las desigualdades sociales en España y en la Comunidad Valenciana afecte al nivel de salud de la población". Hernández sostiene que los los fondos destinados por la administración valenciana a salud pública son "escasos".

David, de seis años, ha sido diagnosticado de desviación ligera de cadera, pies planos y problemas leves de psicomotricidad. El médico de cabecera le ha recomendado natación. La madre de David, Belén, de 36 años, vecina de Aspe (Vinalopó Mitjà), debe abonar 40 euros mensuales en la piscina privada de la localidad de Novelda. Aspe, de 17.000 habitantes, carece de piscina cubierta. La economía de Belén, que depende del sueldo de su marido, un peón de fábrica sin especialización, encuentra dificultad para atender la recomendación del médico. Otra familia en igualdad de condiciones abonaría algo más de 36 euros por trimestre en una piscina pública de la ciudad de Alicante.

Son precisamente las diferencias sociales y el acceso de la población a los elementos comunes lo que determinan el nivel de salud de la población, según advierte el catedrático de Salud Pública de la Universidad Miguel Hernández y presidente de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), Ildefonso Hernández. El peligro, según el profesor, se encuentra en "el aumento de las desigualdades sociales en España y en la Comunidad Valenciana, que afectará al nivel de salud de la población". Hernández califica de "escasos" los fondos destinados a salud pública.

Este experto diagnostica como "bueno" el estado de salud en la Comunidad, pero advierte de un incremento de los riesgos de fractura social, determinantes para un desarrollo homogéneo del bienestar social. Hernández pone un ejemplo: Costa Rica, Cuba y Grecia tienen un buen perfil de salud, mejor incluso que Estados Unidos, donde las desigualdades son mayores y los recursos no son accesibles a todos los núcleos de población. La tendencia social, según el análisis del experto, es que la sociedad valenciana tenderá a la creación de "mayores problemas de marginalidad y de violencia social, debido al aumento de la desigualdades, que ya están siendo apuntadas por indicadores de salud". Investigaciones de la SEE determinan qué elementos sociales son fundamentales en el estado de salud de una sociedad y aconsejan "medidas ajenas al campo sanitario y no sólo consejos médicos para mejorar el estado general de salud".

Más gordos y con más colesterol

El presidente de la Sociedad Epidemiológica estima que los consejos individuales no son válidos para tratar determinados círculos sociales. "No se puede combatir el colesterol cuando no se tiene tiempo ni dinero para ir al gimnasio; al final, los consejos de salud pública sólo sirven para las sociedades más altas. No se tiene el mismo acceso a las herramientas sociales en un barrio rico que en otro pobre", indica. La sociedad valenciana sufrirá, como el resto de la población occidental, la epidemia de la obesidad y sobrepeso con mayor virulencia, aventura Ildefonso Hernández. "La obesidad seguirá aumentando porque prima un sistema de transporte, un urbanismo y una vida social que la favorece". En la Comunidad Valenciana, 16 de cada 100 habitantes sufre problemas de obesidad. Esta situación no es subsanable únicamente a través de soluciones clínicas, sino de comportamientos sociales. "El enfoque social en la epidemiología es muy difícil, porque es muy incómodo que muchos sectores de actuación se pongan de acuerdo y, además, los recursos en salud pública son muy escasos".

Un estudio sobre la población valenciana establece que la obesidad es más frecuente entre los hombres (17,8%) que entre las mujeres (14%).

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