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Entrevista:FERNANDO ORTIZ | Poeta | Signos

"He escrito la poesía que quería. Estuvo bien mientras duró"

"De qué valdrán las verdades / que nos enseñan los años / si no le sirven a nadie". Esta soleá, titulada Resumen, se incluirá en la antología del poeta Fernando Ortiz (Sevilla, 1947) que la Fundación José Manuel Lara va a publicar próximamente en la coleción Vandalia. "Es la primera vez que incluyo una soleá en un libro", dice el poeta, crítico y ensayista, que se encargará personalmente de la edición del volumen Versos y años. Poesía. 1977-2002, una obra extensa que recogerá desde primeros poemas de Primera despedida hasta otros inéditos, pasando por poemarios como Vieja amiga, Marzo o Moneditas.

Pregunta. ¿Qué recoge esta antología?

Respuesta. Es una antología amplia con edición mía. He preferido hacer yo mismo el prólogo, la cronología y la selección. He combinado los poemas de los que estoy más satisfecho y los más personales. No he metido ningún poema histórico ni de homenaje, de los que abundan en mi obra, por mi enorme respeto a la tradición, uno de los veneros principales de mi poesía.

P. ¿Cuáles son los otros?

R. La familia, la ciudad, el amor, la propia poesía, lo irracional, el mundo de los sueños y la evocación de la infancia son motivos que aparecen con reiteración en mis versos, pero todos son subtemas del paso del tiempo. También la tradición está muy presente, porque la poesía occidental es un diálogo con el pasado, para afirmarlo o negarlo. Nuestra obra puede, con suerte, modular con un tono propio una tradición muy rica, legada, y transmitirla a los que nos siguen. Virgilio produce temblor. Está más vivo que algunos poetas contemporáneos.

P. Usted no cree en la biografía del poeta.

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R. No creo. Lo esencial en un poeta es su poesía. Da igual que sea homosexual, ministro, profesor de instituto, director de la Biblioteca Nacional en Argentina o no; millonario, alcohólico, padre de familia o no. Pero ha de ser poeta. Su biografía es su poesía.

P. ¿Y su biografía poética?

R. Procede de los clásicos españoles y de la tradición poética andaluza, la que sigue al Barroco, desde Bácquer a Juan Ramón Jiménez, los Machado, Cernuda... Yo quise ser poeta. Los esfuerzos más importantes de mi vida se los he dedicado a ella. He escrito la poesía que quería. Estuvo bien mientras duró. La poesía es una obsesión, escribes cuando estás obsesionado. Cuando has dicho lo que querías, ya no tienes esa obsesión. En los últimos años he escrito cuatro o cinco poemas, porque ya no estoy obsesionado.

P. También ha ejercido la crítica. ¿Es diferente aquí la mirada de un poeta?

R. No hay tanta diferencia entre prosa y verso. Baudelaire, González Ruano, Azorín, Pla, Juan Ramón, Ortega... fueron articulistas. Los buenos poetas tienen buena prosa. Mi crítica es de lector. Todo poeta es un crítico, que la escriba o no es indiferente. Una de las señas de identidad de la modernidad es someter todo a la crítica.

P. ¿Qué le parece la poesía que se hace ahora?

R. Muy bien. Hay una revista Numenor, con veinteañeros que hacen una poesía muy bien hecha en continente y contenido. Son Alejandro Martín Navarro, Jesús Beades, Joaquín Moreno, García Máiquez o Rocío Arana... Desde Mediodía no había en Sevilla un grupo tan coherente de poetas jóvenes, con tanta calidad y formación.

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