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El Gobierno de Costa de Marfil acusa a Francia de apoyar la rebelión

Miles de voluntarios se alistan en el Ejército para combatir contra los amotinados

Miles de jóvenes marfileños respondieron ayer a la llamada del Gobierno, pidiendo voluntarios para hacer frente a los rebeldes que controlan el norte y el este del país después del alzamiento militar del pasado septiembre, que se ha cobrado ya más de 400 vidas. "Estamos al borde de una gran guerra civil. Esto se va a convertir en una nueva Ruanda", alertó ayer a este diario el portavoz de la presidencia marfileña, Alain Toussaint, a su paso por Madrid.

El Gobierno del presidente Laurent Gbagbo pidió a Europa y Estados Unidos su apoyo militar "antes de que el conflicto adopte dimensiones incontrolables", dijo Toussaint, quien acusó a las tropas francesas -casi 2.000 soldados desplegados en el país para vigilar el precario alto el fuego vigente- de apoyar a los rebeldes. "Europa ha escuchado a Francia. Y Francia se ha equivocado al considerar que los sublevados son una alternativa política. No han apoyado lo suficiente a nuestro Gobierno, elegido democráticamente".

Las negociaciones de paz de Lomé, auspiciadas por la Comunidad Económica de Estados de África del Oeste (CEDEAO) se encuentran en punto muerto. Los rebeldes, que al comienzo de su alzamiento sostenían reivindicaciones estrictamente corporativas, piden ahora la dimisión del presidente y una reforma constitucional que permita a los extranjeros (30% según cifras oficiales) presentarse a las elecciones presidenciales. El Gobierno dice aceptar la propuesta de reforma constitucional siempre y cuando los marfileños se pronuncien a favor en un referéndum, previsto para finales de 2003.

Mientras, ambos bandos se encuentran en estado de alerta máxima desde que la semana pasada, las tropas francesas descubrieran una fosa común en el oeste del país, cerca de la línea de frente entre los rebeldes del norte y las fuerzas del Gobierno. Los amotinados han convertido el hallazgo del enterramiento en su caballo de batalla y acusan al Ejecutivo de Gbagbo, de la muerte de cientos de civiles. El Gobierno niega cualquier responsabilidad e insiste a acusar a las vecinas Burkina Fasso y Liberia de apoyar la sublevación y de proporcionar mercenarios y armas a los grupos rebeldes. El conflicto marfileño, ha dañado gravemente la economía del país, primer productor de cacao del mundo, con una cuota del 40%.

Un soldado se dirige en Abiyán a  miles de marfileños, dispuestos a alistarse  para combatir a los rebeldes.
Un soldado se dirige en Abiyán a miles de marfileños, dispuestos a alistarse para combatir a los rebeldes.REUTERS
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