_
_
_
_
_

Un psicodrama con actores para todos los gustos

El director de Il Corriere della Sera, principal diario italiano en términos de difusión, dedicó ayer la columna de primera página a comentar con preocupación el anunciado relevo en la cúpula del grupo Fiat. Ferruccio de Bortoli lamentaba la "nueva guerra" que se ha abierto en la industria italiana, que a su juicio, implica no sólo a Fiat, sino al banco Mediobanca y a la principal aseguradora del país, Assicurazioni Generali. Pero el artículo dejaba entrever, sobre todo, la preocupación interna en el Corriere por un cambio en el accionariado propietario.

El rotativo pertenece a la editorial Rizzoli que forma parte del grupo Hdp, cuyo 45% está controlado por un grupo de accionistas entre los que figura Fiat junto a los demás actores en este "psicodrama" que se desarrolla ahora en torno al grupo automovilístico, como Mediobanca, Gemina y alguno de los bancos acreedores que tan ferozmente han reaccionado al anuncio de cambios en la dirección del grupo del Lingotto. De Bortoli cita en su columna los rumores, "sobre el posible destino de la cuota Fiat en Hdp".

Sospechas

Y es que la sospecha de muchos, incluida la de algunos políticos del centro izquierda, como Francesco Rutelli, líder de la Margarita (grupo centrista que forma parte del Olivo), es que por debajo del anunciado relevo en la cúpula del grupo Fiat, puede producirse un intercambio de favores que decida a la familia Agnelli a ceder su paquete de acciones en Hdp a algún industrial próximo al primer ministro.

Hace unas pocas semanas, los accionistas de mayoría rechazaron la entrada en el consejo de administración de este Holding Di Participazioni de la familia Ligestri. La decisión estuvo precedida por una tensa batalla en la que intervinieron indirectamente los trabajadores del Corriere, que veían en Ligestri una especie de infiltrado del Cavaliere. El control del principal diario del país ha sido una de las obsesiones históricas de los políticos italianos.

En el caso de Berlusconi, que posee las tres cadenas de televisión privada y en su calidad de primer ministro tiene un poder considerable en las tres redes de la RAI (radiotelevisión pública) el temor es mayor porque muchos consideran que está en juego la libertad de información.

Ayer, el ministro de Industria, Antonio Marzano, fue sometido en el Senado italiano a una especie de "tercer grado" por parte de los parlamentarios de la oposición, ansiosos de saber si el Gobierno está detrás de los cambios en Fiat, y si existen pactos secretos. El ministro negó ambas cosas.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_