El desliz de Cherie
Los Blair recurrieron a un condenado por estafa para que mediara en la compra de dos apartamentos
Cherie Blair está viviendo sus peores momentos desde que se convirtió en primera ministra consorte del Reino Unido. La mujer de Tony Blair y brillante abogada ha perdido por goleada su crudo enfrentamiento contra uno de los más viscerales y antilaboristas tabloides británicos, el Daily Mail. El periódico más reaccionario de la derecha inglesa ha conseguido que Cherie pida disculpas públicamente por una historia que empezó de manera banal y amenaza con convertirse en uno de los mayores focos de desprestigio del primer ministro: la rocambolesca compra de dos apartamentos en Bristol, la ciudad donde el hijo mayor de los Blair, Euan, cursa sus estudios universitarios.
La edición dominical del Daily Mail aseguraba hace una semana que los Blair se habían aprovechado de los servicios de un australiano estafador confeso y convicto para obtener una rebaja equivalente a 107.000 euros en la compra de los apartamentos, por los que el propietario pedía 930.000 euros. La rebaja no es llamativa en un mercado que, aunque está por las nubes, admite bastante flexibilidad en la negociación. Lo llamativo era que los Blair se sirvieran de un señor de tan dudoso pasado para negociar en nombre del primer ministro y señora.
El diario aseguraba que Foster, que ha purgado penas de cárcel en tres países, es no sólo el novio de una de las mejores amigas y asesoras de Cherie, sino un habitual del primer ministro en Downing Street y la residencia oficial de descanso en Chequers. Como tantas veces en los tabloides británicos, buena parte de la espuma ha resultado ser falsa, pero como casi siempre también quedan verdades como puños en el poso de la noticia. Los Blair se lanzaron desde el domingo a un encadenado de desmentidos cada vez más débiles hasta que Cherie ha tenido finalmente que admitir que no sólo conoce a Foster porque es el novio de su amiga Carole Caplin, sino que ha admitido que éste medió en la compra durante dos semanas, aunque insiste en que el descuento ya estaba acordado y fue de 81.000 euros.
Los Blair han encontrado bastante más comprensión y apoyo en los partidos de la oposición que en la prensa diaria. Los liberales-demócratas han definido el caso como "una tempestad en una taza de té", mientras los conservadores han señalado que es "muy importante no convertir la política en algo que desciende de lo público a los niveles de la vida privada de los individuos".
Pero Cherie Blair ha salido mal parada de un asunto que ha salpicado directamente la credibilidad del primer ministro y que la ha obligado a acabar pechando con toda la responsabilidad después de que el Daily Mail publicara los correos electrónicos que ella y Foster habían intercambiado. Aunque banal y sin tufos de corrupción, el caso ha puesto en entredicho la solidez de las amistades personales de Cherie. Los tabloides amenazan con seguir revelando detalles de su relación con su amiga Carole Caplin, presentada como una gurú que la aconseja sobre cómo vestirse.
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