Un bosque medieval
Un recinto medieval, amurallado, que fue el primer bastión que tomaron los ejércitos cristianos en 1340 hasta que nueve meses después se consiguió entrar en la plaza fortificada del castillo de La Mota, es el escenario en el que se acaba de recuperar un jardín botánico con más de 100 especies autóctonas en Alcalá la Real (Jaén).
El castillo de La Mota fue mandado construir por el segundo Señor del Reino de Granada, Aben-abus Ben-Zeiri, hacia el año 1000. En su parte oriental se han rehabilitado los jardines del Arrabal Viejo, un patrimonio cultural que arranca en la Edad Media, transformado en etapa renacentista y que mantiene aún murallas, torreones, puertas fortificadas, viviendas excavadas en la roca y las ruinas de la iglesia de Santo Domingo de Silos.
Este año se ha llevado a cabo un proyecto de recuperación del jardín que ha dado como resultado la creación de dos zonas diferenciadas. Una zona con un bosque de pinos que se plantaron a partir de 1982 junto con algunas palmeras, romero y rosales. Una segunda área mucho más lúdica tiene caminos urbanizados, un sistema de riego automatizado y un itinerario botánico con más de cien plantas señalizadas.
Cada una de las 102 especies vegetales que se han catalogado dentro del jardín del Arrabal Viejo, un lugar en el que perderse durante las horas de más calor en el municipio alcalaíno, tienen información sobre el origen de la planta, las condiciones en las que se desarrolla, los usos más frecuentes que se le dan y el calendario de floración. Con todo esto el Ayuntamiento ha pretendido que los visitantes conozcan un poco más el medio ambiente natural que rodea al municipio y que no se pierda 'la sabiduría' popular sobre unas plantas que cada vez son más desconocidas.
Visitar los jardines es una buena elección para llegar hasta el conjunto histórico de La Mota, situado en la cumbre de un altivo cerro situado a más de 1.000 metros sobre el nivel del mar y a un centenar respecto a la ciudad sobre la que se levanta. En la fortaleza se puede hacer un repaso por la historia, ya que los hallazgos arqueológicos testimonian que en este cerro se fueron asentando diferentes culturas desde la Prehistoria.
Los jardines recuperados tienen un conjunto de rutas que realizar en su interior, con suelos empedrados y caminos cuidados. Son casi dos hectáreas de terreno en las que las grandes copas de los árboles ofrecen un lugar de reposo y de frescor muy utilizado durante los atardeceres. Entre los habitantes de Alcalá la Real se ha convertido en un espacio frecuentado para la realización de reportajes fotográficos, esencialmente de bodas, imágenes que ahora se están extendiendo por los rincones andaluces a través de los visitantes que llegan como turistas a una ciudad que está explotando sus atractivos autóctonos.
