130 aspirantes a novelistas
Mujeres escritoras desbordan las previsiones de un Taller de Creación Literaria en Sevilla
El salón de actos de la Consejería de Agricultura y Pesca en Sevilla está casi lleno, unas 130 mujeres y cinco hombres que cultivan un mismo producto: la escritura. El recién llegado dirige la vista hacia dos señoras, las mayores de una reunión que anda por la cuarentena, y puede pensar que están en el Taller de Creación Literaria por casualidad, pero se equivocaría. Ascensión Navarro, 79 años, y Nieves Espinoza, 74 años, han publicado en un centenar de ocasiones. Sus relatos y poesías que han aparecido en la revista de El Monte, donde realizaban otro taller.
Ascensión Navarro, que antes de jubilarse era artesana textil, descubrió la literatura hace diez años y no se amedrenta ante nada. Acaba de comenzar su primera novela: La memoria de vida como un ejercicio de los que le han pedido en el Taller de Creación Literaria que ha organizado el Instituto Andaluz de la Mujer. 'Lo que he publicado son relatos cortos, esto de la novela va a ser más complicada. Si fuera digna de publicar, me encantaría... pero no creo que yo tenga tanto mérito', dice Ascensión desde su asiento en el salón de la Consejería de Agricultura, un espacio prestado ante la avalancha de solicitudes de una actividad que se pensó para 25 mujeres y ha terminado por reunir a 130, más los cinco hombres que se unieron el miércoles atraídos por la presencia de la escritora Soledad Puértolas. 'La verdad es que mis nietos me animan bastante y me ponen como ejemplo a la escritora polaca que le dieron el Premio Nobel en 1996 y es tan vieja como yo (Wislawa Szymborska, de 79 años)', comenta Ascensión.
Nieves Espinosa, ex administrativa de Renfe de 74 años, se ha pasado la vida escribiendo cartas comerciales y ha decidido que ha llegado el momento de resarcirse. 'Estaba harta de: le remito, le adjunto, atentamente... Yo no doy para una novela, pero sí que voy a presentar el relato Lo que pudo haber sido, me pregunto qué habría pasado si yo hubiese empezado a escribir a los 18 años en lugar de a los 60, como lo he hecho', comenta Nieves.
Esther Cillero, funcionaria de 46 años, lleva escribiendo más de la mitad de su vida, pero sus relatos, en los que el futuro se llena de magia y ciencia ficción, han permanecido a buen recaudo hasta ahora. 'Me gusta probar con diferentes estilos. Asistir a este curso es un buen empujón para mí, una forma de relacionarme con personas que tienen las mismas inquietudes y además, obligarme a escribir. Algó así como hacer los deberes', bromea.
Puértolas y el género de la literatura
Soledad Puértolas (Zaragoza, 1947) leyó y comentó el pasado miércoles su relato Cuando los hombres te llaman ante un auditorio ávido de literatura: 130 mujeres, más cinco hombres que se habían sumado puntualmente a la cita. La presencia de la escritora, premio Planeta en 1989 por Queda la noche, forma parte de las actividades programadas por el Instituto de la Mujer para fomentar la escritura. Por el mismo estrado, que sobrecogió un poco a la autora de El bandido doblemente armado, han pasado ya Ana María Matute, Cristina Peri Rossi, Ana Rossetti y Adelaida García Morales. La lista se cerrará el próximo miércoles con Rosa Regás. Todo un plantel de buenos ejemplos para las aprendizas de escritoras que no tienen muy claro si eso de la literatura de mujeres existe o si es un invento de la publicidad para captar compradoras. 'No creo que exista una literatura de mujeres y otra de hombres. Se trata más bien de un fenómeno mediático. Simplemente ahora parece que hay más escritoras, pero lo que está ocurriendo es que los editores confían más en las mujeres', dice Soledad Puértolas. 'Yo soy persona, antes incluso que mujer o escritora. La identidad como escritora te la da la gente, es un reflejo de cómo te ven los otros', analiza esta autora que tiene, como Marcel Proust, pasión por el detalle. La vida coditiana invade toda su producción: nueve novelas y cuatro libros de relatos. 'He sido jurado de muchos premios literarios y nos hemos llevado grandes sorpresas al abrir la plica y descubrir que el autor no era del género que pensábamos', comenta la escritora, quien analizó para todas las que aspiran a ser cómo ella el gozo que supone la libertad creativa. 'Es apasionante ver cómo evoluciona un personaje a quien doy algo de mí misma', confiesa la novelista.
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