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FÚTBOL | Décimo aniversario del triunfo del Barça en la Copa de Europa

Pasado, presente y futuro holandés

Àngels Piñol

Diez años después del éxito de Wembley, ensombrecido por la pasmosa facilidad con que el Madrid gana Copas de Europa ('Es un poco ridículo hablar del aniversario de una Copa cuando otros tienen nueve...Pero bueno, ésta no nos la quitan', dijo ayer sonriendo Zubizarreta, en Catalunya Ràdio), el Barça sigue colgado de Holanda. El Barça tiene atascada su memoria en el Dream team de Cruyff; ha entregado su presente y dado una segunda oportunidad a otro holandés, Van Gaal y espera que Koeman, el jugador inmortalizado en una estatua de bronce a la entrada del palco, vuelva para unificarlos a todos. Koeman representa el único punto de encuentro entre Cruyff y Van Gaal, que simbolizan dos formas distintas (una más irreverente y universal y otra más ortodoxa y oficialista) de entender el barcelonismo. Fichado en su día por Cruyff, Koeman fue unos meses ayudante de Van Gaal en su primera etapa. La aventura duró poco porque volvió a su país para aprender como técnico. Competitivo y ganador (bicampeón de Europa con dos clubes distintos), Koeman acaba de hacer el doblete en el Ajax. Ahora seguirá en Amsterdam pero desea en un tiempo dirigir al Barça. Y quizá lo haga con miembros de aquél legendario equipo. Quizá sea la única forma de cerrar las traumáticas heridas del Barça.

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Amor al 'dream team'

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