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Maragall afirma que los incidentes racistas de Premià no son "anecdóticos"

El Ayuntamiento admite una 'fractura social' por la instalación de una mezquita

El líder de los socialistas catalanes, Pasqual Maragall, advirtió ayer de que los incidentes registrados el sábado en la localidad de Premià de Mar (Maresme), entre favorables y contrarios a la instalación de una mezquita, no son 'un hecho anecdótico' y acusó a la derecha de sacar provecho electoral del fenómeno de la inmigración. Jordi Pujol reiteró ayer que Cataluña es 'tierra de acogida' pero que, a la vez, quiere preservar su 'identidad'. El Ayuntamiento de Premià ha admitido una fractura social en la localidad.

El sábado, al principio de una protesta en contra de la construcción de la mezquita que congregó a unas 1.500 personas -la más concurrida hasta el momento en la localidad- se registraron diversos enfrentamientos entre participantes de esta manifestación y un grupo de jóvenes de un grupo autodenominado Acción Antifascista.

Los incidentes han crispado más aún si cabe los ánimos en esta población turística y ayer, el teniente de alcalde, Tomás Esteban, admitió sin tapujos que se ha producido 'una fractura en la cohesión social del municipio'. 'Solicitaremos los informes pertinentes a quien haga falta y, a partir del martes [por mañana], el equipo de gobierno -que ya hace meses que trabaja- hará una evaluación de la situación para dar una respuesta. Intentaremos encontrar una solución, lo más justa posible', anunció el edil socialista.

A pesar de las reiteradas y cada vez más multitudinarias protestas ciudadanas -en el pueblo han surgido dos movimientos a favor y en contra de la mezquita- el Ayuntamiento de Premià se ha mantenido firme y ha autorizado la construcción del oratorio en unos terrenos propiedad del colectivo musulmán de Premià de Mar.

Ayer, Pasqual Maragall advertió desde Girona de que los incidentes no son un 'hecho anecdótico' y rompió una lanza a favor de la alcaldesa de Premià, la socialista Maria Jesús Fanego, por autorizar la construcción de este lugar de culto musulmán.

El líder socialista, que se mostró a favor de controlar la llegada de inmigrantes, aprovechó para arremeter contra las formaciones políticas de la derecha -no llegó a nombrar al Partido Popular- por intentar beneficiarse de la inmigración. 'Las derechas se han dado cuenta', declaró, 'de que cuantos más inmigrantes haya, mejor les va. Las derechas están encantadas con la inmigración, porque les da más mano de obra, caen los salarios y encima obtienen más votos. ¿Qué más quieren?', se preguntó.

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El ministro Josep Piqué y el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, fueron diana de las críticas de Maragall. El primero porque, a su juicio, se preocupa más de Gibraltar que de Marruecos y el segundo, por su 'falta de acción' desde el Gobierno autónomo.

Jordi Pujol, por su parte, respondió desde Lleida, donde presidió un acto con más de 5.000 jóvenes católicos, que Cataluña quiere compaginar su condición de 'tierra de acogida' con la preservación de su identidad. 'Nosotros somos tierra de acogida. Lo hemos sido y lo seguimos siendo y, al mismo tiempo, somos una tierra y queremos conservar nuestra propia identidad como país y, por tanto, tenemos que construir un país donde todos tengan cabida', manifestó el presidente catalán.

Trasladar la mezquita

Aunque el Ayuntamiento de Premià ha concedido los permisos al colectivo musulmán para construir la mezquita en unos terrenos de su propiedad, el equipo de gobierno se mantiene firme en su posición de considerar como mejor alternativa su ubicación fuera del núcleo urbano. En concreto, cerca del polígono industrial de Banyeres, ya que el espacio, en su opinión, es más adecuado y posee mejores comunicaciones, una propuesta que la comunidad musulmana ya ha anunciado que no tiene intención de aceptar.

Las posturas entre favorables y detractores se han radicalizado en las últimas semanas, hasta el punto de que la manifestación de ayer derivó en enfrentamientos. Y los contrarios a la mezquita han conseguido el apoyo del líder ultraderechista Josep Anglada, fundador del partido Plataforma per Catalunya.

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