Biblioteca en el Born
Quisiera contestar a la pregunta del admirado escritor Eduardo Mendoza '¿Para qué sirve una biblioteca provincial?' (EL PAÍS, 21 de abril), pregunta que de alguna manera también está implícita en muchos comentarios aparecidos estos días ante la polémica sobre el uso del Born.
La Biblioteca Provincial de Barcelona tiene que ser ante todo una gran biblioteca pública abierta a todos los ciudadanos de cualquier edad o nivel de conocimientos: desde niños y jóvenes estudiantes o en paro hasta amas de casa, profesionales de cualquier tipo o extranjeros... podrán utilizarla sin ningún requisito especial, cosa que no sucede ni sucederá en el futuro en la Biblioteca Nacional de Catalunya o en las diferentes bibliotecas universitarias o especializadas de la ciudad, que por sus peculiares características deben restringir su acceso.
El segundo aspecto que se debe señalar es que se tratará de una biblioteca con una oferta cualitativa y cuantitativa inmensamente superior a la de cualquier biblioteca de barrio o de distrito, puesto que está previsto que albergue unos 500.000 documentos entre libros, vídeos, discos compactos, publicaciones periódicas en diversas lenguas... lo cual supone que cualquier persona que busque información sobre un tema o un autor va a obtener una riqueza y variedad de respuestas que nunca podrá encontrar en una biblioteca de barrio o de distrito, donde la oferta es mucho más limitada.
La Biblioteca de Barcelona deberá recibir además todo el depósito legal de la provincia de Barcelona, lo que supone almacenar todos los libros y documentos sonoros y visuales publicados en Barcelona. Difícilmente se podrá encontrar una biblioteca tan completa de libros catalanes o sobre la ciudad (a excepción de la Biblioteca de Catalunya) si tenemos en cuenta que esta ciudad es una de las dos capitales de la edición de España.
Una biblioteca que actuará como biblioteca pública central de Barcelona (cabeza y coordinadora de las bibliotecas de distrito), abierta los siete días de la semana en horario completo, con una oferta amplísima de todo tipo de documentos, con todos los recursos multimedia y las tecnologías de la documentación al alcance de cualquier ciudadano... ¿merece tantas dudas?.
Si al atraso histórico que padecen las bibliotecas públicas de nuestra ciudad le añadimos los impedimentos que va a sufrir esta Biblioteca Central de Barcelona, que se están manifestando estos días, no nos quejemos luego de los problemas de lectura de los jóvenes, de los bajos tirajes editoriales o de la endeblez cultural de nuestra sociedad. Leer e informarse en Barcelona hasta hoy no es nada fácil, como lo prueba la situación de las bibliotecas públicas de la ciudad, alejadas del centro y llena hasta los topes.
La biblioteca pública central de Barcelona es una apuesta para acercarnos un poco más a las grandes capitales europeas como París, Berlín o Estocolmo, que además de su extensa y bien dotada red de bibliotecas públicas de barrio o distrito disponen de grandes bibliotecas de ciudad que atraen diariamente a miles de ciudadanos, que encuentran en ellas la oportunidad democrática de tener acceso a la cultura y a la información.
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