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Columna
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Televisión de pago

ECONOMÍA / COYUNTURA INTERNACIONAL

La suspensión de pagos de KirchMedia, la filial de contenidos de televisión de pago del Grupo Kirch, ha coincidido casualmente con el más que probable cese de la actividad en nuestro país de la plataforma de televisión digital Quiero TV. El principal motivo de la situación que atraviesan ambas compañías es el mismo: un número insuficiente de abonados, y por tanto, de ingresos, para cubrir los costes operativos. La caída de Kirch apunta a una estructura de costes fijos excesiva debido, de acuerdo con el propio grupo, al alto precio de los contenidos exclusivos, básicamente fútbol y películas.

Con 2,5 millones de abonados no puede calificarse su oferta como un fracaso comercial. El problema es el compromiso adquirido en pagos por contenidos que exigen más de tres millones de abonados para alcanzar el punto muerto, en un mercado como el alemán, en el que la mayoría de los hogares reciben más de 30 canales por cable prácticamente gratis. En consecuencia, se ha vuelto a abrir el debate sobre la televisión de pago en Europa, que no termina de superar el 20% de cuota de mercado, frente al modelo de Estados Unidos, donde más del 75% de los hogares suscriben servicios de televisión de pago.

En Europa, la TV de pago no supera aún el 20% de cuota de mercado, mientras que en EE UU más del 75% de los hogares están abonados a este servicio

La estrategia de Quiero TV se ha fundamentado, no tanto en la exclusividad de sus contenidos, sino, por un lado, en las ventajas de su soporte -que cubre todo el territorio nacional y no precisa de antena parabólica ni de una costosa infraestructura de cable-, y por otro lado, en proponer una oferta de contenidos aceptable al precio más barato del mercado.

Los precios de los contenidos, cuando éstos se perciben como un activo estratégico crítico en la captación de clientes, han podido alcanzar en el pasado cotas imposibles de rentabilizar en un mercado muy competitivo. Los operadores de cable también entraron en la guerra por los derechos del fútbol de partidos de Liga, y la experiencia de estos años ha puesto de manifiesto la dificultad para rentabilizar elevados costes fijos en contenidos si no se dispone de una amplia base de clientes.

La desaparición de Quiero TV dejaría vacío el soporte terrestre digital en el segmento de televisión de pago, mientras se mantendrían las dos plataformas digitales vía satélite con filosofías y políticas de precio similares, en contra del sentido económico que apostaría por una sola plataforma digital compitiendo con el cable y la televisión terrestre digital.

Arturo Rojas y Leire González son, respectivamente, socio-director y analista de telecomunicaciones en Analistas Financieros Internacionales.

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