La dureza cambia de protagonista
Se esperaban patadas, faltas y chispas entre el Madrid y el Valencia ayer en el estadio Bernabéu. Y de hecho las hubo. A porrillo. Hubo también mucho fútbol, pero el juego subterráneo ocupó un lugar indiscutible en el encuentro. En este caso la violencia cambió de protagonistas. Albelda ayer fue una hermanita de la caridad. Cometió una sola falta en todo el partido. Sin duda afectado por la presión a la que se ha visto sometido durante la semana - en la que se le recordó continuamente su rudo marcaje a Zidane en la primera jornada de Liga-, Albelda levantó ayer el pie en el Bernabéu. Quiso demostrar que sabe jugar bien al fútbol. Actuó sin su fogosidad habitual. Hierro, por el contrario, se empleó con tanta dureza como impunidad por parte del árbitro, que sólo le amonestó tan sólo una, la última, de sus tres entradas merecedoras de tarjeta. Las tres sobre Mista. En el lado valencianista, el más violento fue sin duda Ayala, que le clavó los tacos en la tibia de Zidane en una acción feísima que sacó de sus casillas al flemático centrocampista francés. Zidane tuvo que ser atendido en la banda, y, cuando volvió al campo, quiso buscar a Ayala pero fue parado por sus compañeros.
También Michel Salgado practicó el juego sucio con Carboni, quien, por su lado, no echó el balón fuera cuando Morientes estaba sangrando en el suelo, tras un choque con Makelele. En ese instante, el césped se convirtió en una batalla campal, con jugadores de ambos bandos agarrándose por las solapas. Fue un cuarto de hora muy tenso, cuando el Valencia trataba de remontar y el Madrid de evitarlo. Al final, el Valencia cometió 25 faltas y el Madrid 25, si bien los valencianistas consideraron este resultado una consecuencia de la parcialidad arbitral.
Al verse superado por la delantera valencianista, Fernando Hierro se lio en una maraña de patadas, pisotones y encontronazos. Así, hasta querecibió, en su quinta falta del partido (m. 22 de la segunda parte), la tarjeta amarilla -novena de la Liga-.
No existió, por tanto, un nuevo duelo entre Albelda y Zidane. Un segundo asalto en el que el francés se pudiese tomar la revancha del primer partido de Liga. Ese día Zidane debutaba con el Madrid en el campeonato español y el valenciano se esforzó por frustrar ese primer encuentro del francés. El equipo de Benítez, además, pasó a ocupar el primer puesto en faltas realizadas por partido, con 36 infracciones ante el equipo blanco.
El Valencia ayer se marchó muy frustrado del encuentro. Con la sensación de haber merecido mucho más. Con la sensación de que el árbitro, Pérez Pérez, les arrebató el partido. Pérez perjudicó al equipo de Benítez al anular un gol legal de Ilie al señalar un fuera de juego inexistente; pero luego no pitó un penalti de Pellegrino sobre Raúl.
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