Identificados tres de los cuatro grapos que robaron 11 millones de un furgón blindado en Cantabria

La Guardia Civil ha identificado a tres de los cuatro miembros de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) que el martes pasado huyeron a tiro limpio tras robar 11 millones de pesetas de un furgón blindado en Maliaño, a cinco kilómetros de Santander. Dos de los terroristas del único comando activo que conserva esta banda terrorista, descabezada en París el 9 de noviembre del año pasado, son Israel Torralba Blanco y Marcos Martín Ponce, veteranos atracadores especializados en asaltos de blindados, a los que la policía acusa del asesinato en Madrid del policía de proximidad Francisco Javier Sanz Morales, el 17 de noviembre de 2000. La otra persona identificada es Gema Rodríguez de Miguel y se investiga si la cuarta integrante del grupo es Esther González Ilaraz, compañera habitual de los anteriores, o Jorge García Vidal.

Torralba, de 26 años, y Martín, de 29, están acusados de haber participado en los atracos frustrados a sendos furgones blindados en Leganés (Madrid) y Vigo (Pontevedra). En este último los asaltantes efectuaron 90 disparos con pistolas y subfusiles y colocaron tres cargas explosivas al paso del furgón. Dos vigilantes jurados murieron.

La pistola con la que asesinaron al agente Sanz Morales en el barrio de Carabanchel ya fue usada en el atraco de Vigo, perpetrado el 8 de mayo de 2000. Los terroristas estaban planeando el día del asesinato el secuestro de un industrial. Además, se les vincula con el asalto a una sucursal de La Caixa en Barcelona, cometido el 11 de mayo de este año, y otro atraco a un furgón blindado, el 24 de septiembre anterior, también en la capital catalana.

Este grupo es, según fuentes policiales, 'el único que queda en activo de los GRAPO', que pese a la reciente caída de sus dirigentes históricos -incluido Manuel Pérez, camarada Arenas, el jefe perpetuo de la organización y del PCEr-, de su escasa base social y la mengua de efectivos jamás ha anunciado su disolución y mantiene la vigencia de sus fines e ideario. En su haber tiene 83 víctimas mortales.

El asalto de furgones se ha convertido prácticamente en la única especialidad de la banda, oxigenada con miembros de movimientos radicales y delincuentes comunes captados en prisión, ya que según su terminología no roban, sino que 'recuperan fondos'.

La Guardia Civil está convencida de que el comando abandonó Cantabria inmediatamente después de llevarse varias sacas con 11 millones de pesetas que arrebataron a dos vigilantes jurados en el interior del supermercado Eroski de la localidad de Maliaño (Cantabria). Los investigadores creen que la ruta de huida fue hacia el País Vasco, ya que, aseguran, los GRAPO 'carecen de infraestructura para ocultarse en Cantabria'.