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En Cataluña sólo está soterrado el 30% de la red eléctrica frente al 65% de media en la UE

Fecsa tiene dos años de tiempo para mejorar la conexión con Francia y abastecer al AVE

Cataluña sólo tiene bajo tierra el 30% de su red eléctrica frente a un promedio que en la UE se sitúa alrededor del 65%. Las empresas Électricité de France (EDF) y la británica London Electricity confirman estas cifras y añaden que sus trazados respectivos en los grandes núcleos urbanos de París o Londres son totalmente subterráneos. Fecsa objeta al soterramiento los altos costes y el calentamiento del subsuelo. Sin embargo, las empresas internacionales Enron y National Power, de reciente penetración en el mercado europeo, entierran todas sus líneas.

Los expertos aseguran que la red catalana es una 'ínsula' separada del resto de Europa
Francia, Bélgica y Alemania tienen la mayor parte del tendido bajo tierra

En Cataluña existen 75.000 kilómetros de líneas, de las 'cuales el 30% está bajo tierra', explica Albert Mitjà, director de Energía de la Generalitat. Otras estimaciones no oficiales acercan el trazado a 100.000 kilómetros porque suman muchas de las antiguas líneas rurales en mal estado y cuyos suministros han quedado asimilados a los trazados de reciente construcción.

Del total de la red catalana, unos 40.000 kilómetros son de baja tensión (menos de 110 kilovatios), 25.000 son de media tensión (desde 220 hasta 110 kilovatios) y el resto, unos 10.000 kilómetros más son de muy alta tensión (400 kilovatios). Los viejos criterios sobre los que se establecía la diferencia entre la alta y la baja tensión están superados, y las empresas hablan ahora de transportes ligeros en zonas urbanas (lo que equivale a baja y media tensión) y de transportes aéreos de la muy alta tensión a base de postes de 30 o 40 metros de altura.

En Cataluña, casi todas las líneas de media y baja tensión son de Fecsa (65.000 kilómetros en total), mientras que los restantes 10.000 kilómetros corresponden a la alta tensión, cuyo recorrido es propiedad de la empresa Red Eléctrica, de capital público. Este último trazado apenas tiene soterrado el 1% del total, lo que equivale a unos 90 kilómetros. El porcentaje de líneas soterradas en Cataluña no es tan bajo como se ha dicho recientemente, en diversos foros de debate, como consecuencia de las polémicas suscitadas por la crisis de Les Gavarres, pero en cualquier caso es menos de la mitad del resto de empresas europeas, a tenor de los datos aportados por las compañías más importantes de la UE.

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Compra de compañías

Las compañías eléctricas españolas son remisas a la hora de destinar sus abundantes ingresos a inversiones para mejorar las redes de transporte. Prefieren agregar valor destinando sus recursos a la compra de otras empresas. Ejemplos no faltan: Endesa compró la chilena Enersis a un precio alto, que incluía una prima por la toma del mercado de Cono Sur americano, mientras que en su mercado interior su marca catalana (Fecsa) tiene bastantes problemas con el estado de su red. La eléctrica ha anunciado un plan de inversiones para los próximos años, pero llega tarde porque el escándalo de Les Gavarres y los cortes de luz en zonas de la Costa Dorada y Barcelona han perjudicado intereses de varios sectores económicos y han causado inconvenientes a miles de ciudadanos.

'Los mercados penalizan la inversión y, sin embargo, premian las adquisiciones; está visto que algunas empresas no piensan a largo plazo', resume un analista de un banco de negocios con experiencia en el sector eléctrico.

Pese a la reticencias de las compañías, la Administración catalana es consciente de que no puede seguir aplazando la mejora de la calidad de la red. En los próximos días está previsto un acuerdo marco entre la Administración y las empresas cuya aplicación prevé una inversión de 1,2 billones de pesetas hasta el año 2010 en nuevas centrales y en modernización de las redes de transporte. 'De este total, unos 600.000 millones de pesetas se destinarán a la mejora de las líneas de alta, media y baja tensión', según los cálculos de Industria de la Generalitat.

La primera gran actuación sobre la red está ya aprobada: Fecsa enterrará en 2002 la línea de 220 kilovatios que une las térmicas del Besòs con el gran transformador situado al aire libre en el nudo de la Trinidad. El coste estimado de esta obra es de 6.000 millones de pesetas, 'una cantidad que ridiculiza los planes de Ruiz-Gallardón en la Comunidad de Madrid, cuando asegura que enterrará todas las líneas con una inversión de algo más de 1.000 millones', señalan medios del sector.

La siguiente actuación prevista en la red catalana se centra también en Barcelona. Consiste en soterrar el transporte que va 'desde el nudo de la Trinidad hasta Sant Just, bordeando la ronda de Dalt', agrega Industria.

La tecnología aplicada a la construcción bajo tierra de la alta tensión está muy desarrollada, de acuerdo con opiniones recogidas en medios profesionales de algunas empresas que fabrican material eléctrico, como General Electric, Asea Brown Boveri (ABB) y Pirelli. Por su parte, las compañías especializadas en instalaciones de líneas eléctricas -Elecnor o Abengoa- están en condiciones de utilizar estas nuevas tecnologías, aunque las eléctricas españolas contratan habitualmente tendidos aéreos.

Frente a la obstinación por contener los costes demostrada por las eléctricas, algunas compañías internacionales soterran sus tendidos nuevos. Son los casos de Enron y National Power, ambas bien situadas en el mercado europeo, con intereses incipìentes en España.

Al margen de la baja calidad del servicio y del impacto ecológico que plantea una línea poco soterrada, el mapa catalán presenta otro gran problema: 'Su débil interconexión con Francia y con el resto de España', tal como destaca el informe de la Comisión de Expertos en Materia de Líneas Eléctricas, encargado por la Generalitat hace meses.

Dicho informe, cuyas conclusiones se consideran ahora vinculantes tanto para las administraciones como para las empresas, señala: 'Cataluña presenta una interconexión del 4% de su consumo interior frente al promedio del 11% en el resto de la UE'. La red catalana, que Fecsa heredó de su propio lastre histórico y de otras compañías fusionadas con ella, como Enher e Hidruña, constituye 'una ínsula separada del resto de Europa', resume el informe de los expertos.

Asimismo, el documento fija dos exigencias que la Generalitat no quiere olvidar: 'Incrementar antes de 2004 la capacidad de interconexión construyendo un nuevo trazado entre las poblaciones de Graus e Isona'. Una segunda exigencia, más apremiante: 'La puesta en funcionamiento de una nueva línea entre Bescanó y la frontera de Francia, que deberá seguir el trazado del AVE'. Si Fecsa incumple esta segunda exigencia, en el año 2004 no podrá funcionar el AVE.

En estos nuevos trazados, Fecsa sólo está moralmente obligada -ninguna ley exige de momento soterrar líneas- a seguir las recomendaciones de Bruselas. 'Los nuevos trazados deben ir por debajo de tierra pese a los altos costes, porque existe tecnología adecuada para ello y porque el impacto medioambiental lo exige', de acuerdo con un criterio que comparten dos organismo reguladores de carácter intermedio, la Unión Comunitaria de Transporte Eléctrico (UCTE) y la misma ETSO, una instancia que revisa la calidad del suministro en el mercado europeo de la energía.

- Francia. 'Électricité de France (EDF) tiene enterradas entre 80% y el 90% de todas sus líneas de transporte de baja y media tensión', explica un portavoz de la eléctrica francesa. En el área de París, 'EDF transporta electricidad con tendidos enterrados en un 99%', afirma el mismo portavoz de la compañía monopolística francesa.

Por su parte, la empresa distribuidora de la alta tensión -homóloga de la española Red Eléctrica- mantiene la mayor parte de sus trazados por aire, aunque se trata de un recorrido actualmente inferior al 25% de toda la red nacional. En los últimos años, el Gobierno francés ha acelerado el soterramiento de las ya anticuadas autopistas eléctricas, la malla que une las 20 centrales nucleares que, tras la crisis del petróleo en 1973, convirtieron a Francia en un país autosuficiente en materia de energía.

- Bélgica. Las líneas de muy alta tensión (400 kilovatios) son aéreas, aunque representan un porcentaje muy bajo, menos del 10% del total la red. La gran mayoría de las líneas de transporte -situados por debajo de los 200 kilovatios- atraviesa municipios y está bajo tierra en aplicación de convenios sucritos entre Electrabel y los ayuntamientos, informa Sandro Pozzi. La empresa Electrabel, un monopolio, se va abriendo a la competencia en el mercado de la generación eléctrica en tres fases, en función de la región lingüística (en la zona flamenca para 2003, en Valonia para 2005 y en Bruselas capital en 2007). La mayor parte de la producción de electricidad en Bélgica procede de fuentes nucleares, y el resto se obtiene a través de la cogeneración y las centrales de ciclo combinado.

- Reino Unido. Las limitaciones para construir tendidos aéreos son apenas inexistentes; sin embargo, en la práctica las empresas han soterrado los nudos y redes de las grandes ciudades. En el gran Londres no existe apenas ni un kilómetro de línea áerea. Un portavoz de London Electricity manifestó que en el área metropolitana 'esta soterrado el 100%', informa Walter Oppenheimer. Frente a este dato, en el conjunto del país se observan desequilibrios importantes. En el campo, muchos británicos viven todavía muy cerca de líneas aéreas de alta tensión.

- Alemania. En conjunto, el 70% del trazado nacional está ya bajo tierra. En la mayoría de las ciudades, las líneas están soterradas y existen municipios, como Francfort, en los que las líneas de muy alta tensión (400 kilovatios) también están enterradas, pese a los problemas de 'calentamiento y refrigeración que plantea en las líneas de gran voltaje', según informan medios de la empresa RWE.

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