Tamara vende 100.000 copias del disco 'Siempre' en menos de una semana

Tímida pero dulce, y pasmosamente segura de sí misma, Tamara reivindica que a su generación también le gustan las canciones que ella canta. 'Tengo un público muy variado, de todas las edades', asegura, 'pero también mucha gente de mi edad'. Con producción lujosa a lo Miami de Bebu Silveti, un mago del sonido estándar y los arreglos convencionales, Siempre vuelve a girar en torno al bolero, el género que apasiona a Tamara: 'Son canciones que, pase lo que pase, siempre van a estar ahí'.

Nieta del cantaor Rafael Farina, Tamara asegura que en su casa siempre se ha oído todo tipo de música ('a mi abuelo le gustaban también mucho el bolero y el tango, y a veces los cantaba', afirma) y cree que su éxito se debe a 'hacerlo todo con mucha ilusión, a saber elegir bien los temas en compenetración con los productores, siendo paciente y trabajando mucho'.

Tamara experimenta una transformación cuando canta al amor carnal, a la pasión con sexo, a la sensualidad y a los celos, pues reconoce que ella todavía no ha vivido nada de eso: 'No me ha dado tiempo a vivir lo que canto. No he tenido ni novio, ni me han besado nunca'. Tradicional y casta, asegura que su príncipe azul aún no ha llegado: 'Podría decir que me besaron con 14 o 15 años porque eso no es delito, pero es cierto que todavía no lo han hecho nunca. No ha llegado el hombre del que yo diga 'voy a estar con él', soy muy exigente'. Sin embargo, esa falta de experiencia no limita su capacidad de seducción: 'A mí me envuelve la música cuando canto esas cosas. Es una sensación que no sé explicar. Parece que lo estoy viviendo, que lo que digo me está ocurriendo en ese momento'.

Estudiante de secundaria y con intención de estudiar Psicología, Tamara confiesa no sentir ninguna molestia por la irrupción violenta de la otra Tamara, la del No cambié. 'No me ha quitado nada', afirma rotunda, 'y a mi edad tengo muchas cosas por las que preocuparme. Seguir preparándome y dando pasitos para afianzar el éxito'. Y aunque no cierra ninguna puerta al futuro, cree que nunca se va a atrever ni a cantar flamenco, a pesar de los antecedentes familiares, ni a componer. 'Yo he nacido intérprete, igual que otros nacen con el don de componer'.