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California advierte a Bush de que la crisis eléctrica amenaza con una recesión

El gobernador cifra en nueve billones de pesetas el impacto económico

Enric González

Davis y Bush se entrevistaron el martes y no se pusieron de acuerdo. El gobernador californiano pidió al presidente que se establecieran límites temporales en el precio de la electricidad, para paliar los calamitosos efectos del proceso de privatización acometido por el Estado; el presidente se negó, con el argumento de que sólo el libre mercado podía resolver el problema a largo plazo. Gray Davis publicó ayer un artículo en The New York Times en el que afirmaba que el 'error' de Bush tendría gravísimas consecuencias para California y para el conjunto de la economía estadounidense.

'California experimenta un trauma energético similar al provocado por la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) en los años setenta', dijo Davis. 'Ese episodio hundió a Estados Unidos en una recesión profunda', agregó. El gobernador recordó que la propia Reserva Federal había estimado en 40.000 o 50.000 millones de dólares el efecto de la crisis eléctrica: 'Es suficiente para situar la aún sólida economía californiana bajo la amenaza de una recesión y para reducir el producto interior bruto de toda la nación en al menos medio punto, lo bastante como para anular los efectos estimulantes de la rebaja fiscal'.

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Cita de Greenspan

El gobernador incluyó en su artículo una frase pronunciada en enero por Alan Greenspan, el respetadísimo presidente de la Reserva Federal, 'no parece razonable pensar que un problema grave en California no afecte a los otros 49 Estados', para subrayar el peligro de contagio al conjunto del país. 'Nos están exprimiendo hasta el punto de ruptura, exigiéndonos precios escandalosos por la electricidad que compramos', afirmó Davis. 'La misma electricidad que costó a los californianos 7.000 millones en 1999, costó 27.000 millones en 2000 y se estima que costará hasta 50.000 millones en 2001'.'Sólo la Comisión Federal de Regulación de la Energía tiene capacidad para establecer un mercado eléctrico justo y razonable en California', estableciendo 'límites temporales en el precio de la electricidad al por mayor', seguía el artículo. 'Es cierto', admitió Davis, 'que los problemas de California proceden de una ley estatal de desregulación, en 1996, fundamentalmente errónea, que obligó a las empresas a vender la mitad de sus plantas de producción alimentadas con combustibles fósiles y les impidió establecer contratos a largo plazo para asegurarse el suministro de electricidad barata'.

Bush 'mantiene que el plan energético que ha propuesto es lo único que puede hacerse y se opone a una intervención federal sobre los precios, incluso si el problema amenaza a la economía nacional. Pero la amenaza es real', insistió Davis.

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