El Tau busca un último día mágico
Baskonia y Kinder juegan el choque definitivo
Dusko Ivanovic resumió la final de la Euroliga entre el Kinder y el Tau (20.30, Vía Digital y ETB-1) de una forma expresiva: 'Es una eliminatoria muy rara y confio en que este encuentro resulte más igualado'. La porfía entre el Kinder y el Tau ha descabalgado casi todos los pronósticos: Dos equipos correosos deben promover marcadores correosos. Pues no. Cada equipo ha ganado dos partidos al otro, pero aporreándole sin piedad. Buen baloncesto, pero no exento de muchos minutos-basura por lo abultado del marcador. Dos equipos que han hecho de la defensa un arte y una consigna deben animar marcadores exiguos. Pues tampoco: el Kinder ha apalizado al Tau y viceversa. Ambos, han logrado incluso rebasar los 90 puntos en el marcador. Un escándalo. Dos equipos adorados por su afición deben convertir sus respectivos pabellones en fortines inexpugnables. Pues resulta que el Tau llega y se pasea en el Palamalaguti y el Kinder hace lo propio en el Fernando Buesa Arena de Vitoria.
Todo raro, muy raro, como si ninguno de los equipos se sintiera dueño de la situación. El Tau, por su escasa plantilla (apenas siete jugadores, por la baja de Corchiani); el Kinder, no se sabe por qué, dotado como está de casi todos los rescursos imaginables en un equipo europeo.
Por eso no es extraño que Ivanovic declarase ayer en el aeropuerto de Bolonia que se encontraba 'más tranquilo que nunca' porque el asunto se acaba inexorablemente hoy. Todo un alivio, sobre todo para el conjunto español que lleva un trajín considerable de encuentros ( tres por semana), jugándose la vida en cada uno de ellos. Nada más lejos, sin embargo, del derrotismo. Ivanovic sigue pensando que cada equipo tiene las mismas posibilidades de ganar y no admite excusa alguna. El alero Foirest sufrió el miécoles un esguince de tobillo, pero nadie duda de que jugará. El jugador francés se ha convertido en una poderosa arma defensiva y el relevo más natural del jefe Bennett cuando el rival le asfixia.
Al Tau le faltará un poco de calor en la grada. Apenas 500 seguidores le acompañarán hoy entre los 8.500 que alberga el pabellón del Kinder. Pero a la tropa de Ivanovic le alienta sobre todo el peso de la historia: su primera oportunidad de jugar el partido más importante de Europa y de alcanzar el titulo más perseguido del continente. Sin duda es el año del Tau, se trata de saber si hoy tendrá su día.
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