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LA IMAGEN | FÚTBOL | La resaca de la jornada

Busquets, puños fuera

El guardameta Carles Busquets, el singular jugador que se hizo con la portería del Barcelona en 1995 por orden de Johan Cruyff, encajó el sábado uno de los goles más absurdos de su carrera. Busi, que defiende desde hace dos años al Lleida, dejó estupefacto el escaso público del Camp d'Esports -la recaudación fue de 50.000 pesetas- cuando Uriz, un jugador del Ferrol, ensayó un disparo lejano. Busquets quiso rechazar el balón con los puños, pero con tan mala fortuna que el esférico entró en la portería. El Lleida, colista de Segunda, acabó perdiendo (0-1) y está a un punto del descenso matemático. Extravagante, enfundado en su chándal, Busquets se convirtió en portero del Barça gracias a su extraordinario dominio del juego de pies, que le convenía al estilo de Cruyff. 'Busquets, el portero sin manos', tituló en una ocasión L'Equipe. Busi cuajó hace un año una notable temporada, pero en ésta se ha contagiado de la caída de su equipo. El portero ya se granjeó hace tiempo la fama de ser casi insuperable en los uno contra uno y en detener los balones más difíciles y, por contra, de encajar los goles más absurdos, como cuando éste año un regate a un ariete le costó recibir un gol como el que Uriz le hamarcado ahora.

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