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El avispero cubano

Las dudas y vacilaciones en torno a Cuba de la política de José María Aznar, que partió de un enfrentamiento abierto con el régimen de Fidel Castro y de una aproximación, también sin precedentes, a las organizaciones del exilio cubano al comienzo de su mandato, ha producido, tras sucesivas correcciones, tanto la congelación práctica de las relaciones con el Gobierno de La Habana como el despliegue de presiones anticastristas inaceptable para España.

Un momento de la cena de gala ofrecida en honor de los Reyes de España en Miami, el pasado lunes 2 de abril, pareció ilustrar esa situación. Al comenzar la recepción, Álex Penelas, joven alcalde de la capital de Florida, de origen cubano como el 70% de los asistentes, pidió a don Juan Carlos que siga siendo un faro para la democracia y la libertad, 'especialmente en relación con Cuba'. El marido de la cantante Gloria Estefan, conocido activista, se levantó el primero y comenzó a aplaudir. Poco a poco le siguieron los otros invitados. En ese clima mitinero, el Rey permaneció sentado; el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, se levantó y aplaudió; lo mismo hizo el jefe de la Casa Real, Fernando Almansa, que estaba a su lado; el embajador de España en Washington, Javier Rupérez, presente en la misma mesa, no les secundó, aunque Almansa le invitó a hacerlo.

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Desde que Cuba se negó a apoyar una resolución de condena del terrorismo de ETA en la Cumbre Iberoamericana celebrada en Panamá el pasado mes de septiembre, la relación bilateral hispano-cubana está, en efecto, bajo mínimos. El exilio radical exige, no obstante, una postura más crítica de España hacia Castro. El Gobierno de Aznar se escuda tras la posición de la Unión Europea: condena el régimen de Castro, pero rechaza cualquier medida, como el embargo, que pueda perjudicar a los cubanos.

Prueba de que la oposición anticastrista considera esta actitud española poco firme es que la Fundación Cubano-Americana hizo todo lo posible por llenar de tensión la visita de los Reyes a Miami. Su líder, Jorge Mas Santos, es hijo y sucesor de Jorge Mas Canosa, persona relacionada con Aznar y con la Fundación Hispano-Cubana, hasta que la abandonó por disidencias en 1997. La Fundación Hispano-Cubana, fundada en Madrid en 1996 con el apoyo del presidente del Gobierno, tiene como secretario al diputado del PP Guillermo Gortázar, jefe de la delegación de las Cortes en la Asamblea Interparlamentaria de La Habana.

Mientras Gortázar iniciaba sus trabajos en Cuba, Más Santos hacía publicar en la prensa de Miami una 'Carta abierta al Rey' en la que, advirtiendo a don Juan Carlos de que 'más que con palabras o títulos, los hombres se identifican por la nobleza de sus acciones', le conminaba a 'romper el silencio infamante' de España ante 'la maldad del régimen castrista' y le preguntaba, desafiante: '¿Cuánto vale, Su Majestad, para España su silencio?'.

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Don Juan Carlos tenía, pues, motivos para no levantarse a aplaudir con Mas Santos en la cena del Palacio Vizcaya, lo que no impidió que, en el discurso que pronunció a continuación, diera la expresión más rotunda de 'simpatía y solidaridad' con el exilio cubano que haya pronunciado un dirigente español.

El ministro Piqué hubo todavía de recibir, al final de la cena, a Más Santos y sus socios para que no cumplieran su amenaza de perturbar los saludos iniciales con la entrega en público al Rey de unos escritos reivindicativos. Una fuente próxima al ministro calificó después esa reunión de 'muy positiva' y dijo que abría una vía de colaboración futura.

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