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EL 'CASO MAREY'

La sentencia probó que el ex ministro autorizó a seguir con el secuestro

La sentencia del Tribunal Supremo declaró probado que fue el propio José Barrionuevo, primer ministro socialista del Interior, quien autorizó a continuar con el secuestro de Segundo Marey, pese a que ya sabía que no era un etarra. El 4 de diciembre de 1983 tres hombres llamaron a la puerta de Marey en Hendaya (Francia), lo rociaron con un spray y lo metieron en un coche. Uno de los mercenarios, Pedro Sánchez, fue detenido por la policía francesa, mientras los otros dos, Mohamed Talbi y Jean Pierre Echelier, se dirigieron a pie con Marey a la frontera de Dantzarinea (Navarra). Allí los agentes identificaron a Talbi y llamaron al comisario de Pamplona. Éste se comunicó con Luis Roldán, delegado del Gobierno entonces, y éste con Rafael Vera, a la sazón director de la Seguridad del Estado, quien le dijo que se trataba de 'una operación de Bilbao'.

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Cuando el subcomisario José Amedo se reunió con los mercenarios, se dieron cuenta de que no habían secuestrado al etarra Mikel Lujua como pretendían. Pese a ello trasladaron a Marey a una cabaña en Colindres (Cantabria), donde permaneció diez días con los ojos vendados y casi sin comer, custodiado por los policías Luis Hens y José Ramón Corujo. El alquiler de la cabaña, el pago a los mercenarios y otros gastos (entre ellos medio millón de francos entregados a un comisario francés) importaron 575.000 francos (10.350.000 pesetas entonces), del millón de francos que Vera había entregado a Julián Sancristóbal de los fondos reservados de Interior.

Marey fue liberado el 14 de diciembre. Previamente, un comunicado redactado por Ricardo García Damborenea y Sancristóbal había amenazado con asesinar a Marey si las autoridades francesas no ponían en libertad a cuatro policías españoles detenidos dos meses antes cuando intentaban secuestrar a otro etarra. Fue esa presión a Francia el argumento que decidió a Barrionuevo a seguir con el secuestro.

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