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Un general estará al frente del Cifas, la nueva agencia de espionaje militar

Miguel González

La creación del Cifas, la nueva agencia de inteligencia de las Fuerzas Armadas, es un paso más en el camino hacia la actuación conjunta de los ejércitos, bajo el mando operativo del jefe del Estado Mayor de la Defensa, el almirante general Antonio Moreno Barberá. Su objetivo es centralizar la obtención y elaboración de toda la informacíón necesaria para la preparación y ejecución de las operaciones militares, tanto en caso de conflicto como en misiones de paz en el extranjero.

El Cifas es un organismo ejecutivo -como el Centro de Inteligencia y Seguridad del Ejército de Tierra (CISET), que le precedió unos meses en su nacimiento-, por lo que no sustituirá a las divisiones de inteligencia de los estados mayores, que se dedican fundamentalmente a la elaboración de planes.

De la nueva agencia dependerá la explotación del sistema de satélites espía Helios o del programa Santiago de captación de señales electrónicas, a través de sensores fijos y móviles, como los que equipan los aviones del 408 Escuadrón del Ejército del Aire, con base en Torrejón (Madrid).

Creado a finales del año pasado, el Cifas está todavía en su fase inicial de desarrollo, con un núcleo formado por una docena de oficiales y suboficiales; entre ellos, un capitán de navío que ejerce provisionalmente el mando y un coronel. Cuando esté en pleno funcionamiento contará con una plantilla de al menos 200 militares, bajo las órdenes de un general o un almirante.

El Cesid no se divide

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La constitución de esta agencia de espionaje militar, similar a las que tienen la mayoría de los países aliados, no significa que el Cesid vaya a dividirse, en contra de lo que se ha interpretado en algunos medios. De hecho, el Cifas estaba previsto en el Libro Blanco de la Defensa, que elaboró el anterior ministro Eduardo Serra, el mismo que calificó de 'crimen de lesa patria' la división del servicio secreto. A lo que se refería Serra era a la escisión de las divisiones de Interior y Exterior del Cesid en dos organismos distintos, siguiendo el ejemplo de EE UU o el Reino Unido.

Sin embargo, la creación de la nueva agencia obligará a delimitar el campo de actuación del Cesid y del Cifas, para evitar solapamientos. El Cifas, por ejemplo, pretende obtener información del extranjero y ser capaz de alertar sobre la aparición de crisis potenciales que puedan afectar a España o en las que las que las Fuerzas Armadas españolas podrían llegar a intervenir.

Este objetivo entra de lleno en uno de los campos prioritarios del Cesid, que se nutre de la información suministrada por sus agentes y colaboradores, mientras que el Cifas lo hará en parte de los agregados militares.

El nuevo centro recibirá también los informes de sus homólogos aliados y de la propia Alianza Atlántica, pero habrá que decidir si la Autoridad Nacional de Seguridad, encargada de controlar la documentación secreta de la OTAN y de acreditar al personal español con acceso a la misma, sigue siendo como hasta ahora el director del Cesid o esta compentencia se traslada al futuro responsable del Cifas. Sólo cuando se apruebe el marco general de funcionamiento de los servicios secretos y su anunciado órgano de coordinación, se despejerán todas las incógnitas.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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