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Un ciclo de cine rendirá tributo al director Robert Bresson en Sevilla

Un ciclo de cine rendirá tributo al director francés Robert Bresson a partir del 9 de febrero en Sevilla. La Cinemateca Cineclub UGT proyectará siete películas del cineasta francés, que murió en diciembre de 1999. El ciclo, que se denomina Robert Bresson: un cineasta esencial, incluye las películas Las damas del bosque de Bolonia (1945); Pickpocket (1959); Un condenado a muerte se ha escapado (1956); El proceso de Juana de Arco (1961); El dinero (1983); Al azar de Baltasar (1966); y Mouchette (1967). Las películas se proyectarán entre los días 9 y 28 de febrero. Todos los filmes, salvo Mouchette, que cerrará el ciclo, serán proyectados en dos ocasiones.

Manuel Gómez, director de la cinemateca, considera a Bresson 'la cumbre, el techo, un punto culminante del cine'. 'Bresson es un contemporáneo que desdeñaba los academicismos. Es un autor que hay que ver de forma ineludible, un maestro con una vigencia extraordinaria', explica Gómez. 'Desde que empezó su obra Bresson enseñó a hacer cine. Y la terminó enseñando. Su ruptura del lenguaje lo convirtió en un autor único', agrega el director de la cinemateca. El ciclo cuenta con la colaboración del Instituto Francés de Sevilla.

Nacido en 1901, Bresson fue para muchos el místico del cine francés. El cine de Bresson es una de esas cumbres del arte europeo en las que bebieron generaciones posteriores de directores. El cineasta francés Jean-Luc Godard definió de forma acertada la obra del autor de Pickpocket: 'Bresson es el cine francés, como Dostoievski es la novela rusa, como Mozart es la música alemana'.

Nacido en Auvernia, en el centro de Francia, la biografía de Bresson tiene muchos puntos en común con sus personajes: la oscuridad y los perfiles borrosos abundan en su juventud, de la que se conoce poco a excepción de su dedicación a la pintura. Su juvenil vocación de pintor se encontró con el cine de René Clair en el camino. El autor de Bajo los techos de París y ¡Viva la libertad! llevó a Bresson a interesarse por el cine y a dirigir su primer mediometraje en 1934.

Sus 13 películas dibujan una obra austera, abocada a una búsqueda de esencialidad que corta la respiración. A partir de 1950, Bresson incidió aún más en su ascetismo hasta prescindir de los actores profesionales. Las técnicas de interpretación habituales en el cine y el teatro también fueron arrinconadas.

Bresson establecía una distinción entre el cine y el cinematógrafo. Él se consideraba defensor de este segundo arte mientras equiparaba el primero al teatro filmado. Godard evocaba con acierto a Dostoievski al hablar de Bresson. Lo cierto es que el novelista ruso fue objeto de la atención de Bresson, preocupado de los naufragios espirituales de sus personajes. El escritor francés George Bernanos fue otra fuente de inspiración del cineasta. Los personajes atormentados por la persecución de una verdad que los redima que pueblan las novelas de Bernanos tenían que encontrarse con Bresson.

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La publicación del libro Notas sobre el cinematógrafo, una serie de aforismos y reflexiones acerca de su arte, aumentó esa sensación de soledad que rodea su figura al reafirmar la diferencia de sus películas respecto a lo que él consideraba teatro filmado lleno de falsa poesía melodramática. 'Todo el mundo busca contenidos en una película, cuando lo único que importa son las formas y el misterio que esas formas encierran', dijo Bresson con unas palabras que resumen su obra.

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