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Centro se incorporará a la recogida selectiva de basura el próximo 30 de enero

A partir de esa fecha, todos los distritos de la capital tendrán el nuevo sistema

Antonio Jiménez Barca

Desde entonces, la incorporación del resto de los distritos de Madrid ha sido progresiva. No podía hacerse de golpe. En febrero de 1998, coincidiendo con la colocación de los primeros contenedores amarillos en Moratalaz, el por entonces concejal de Limpieza, Luis Molina, del PP, y el de Medio Ambiente, Adriano García-Loygorri, prometieron que los 21 distritos de Madrid tendrían recogida selectiva de desperdicios 'antes de que empezara el 2001'. El Ayuntamiento de Madrid ha llegado tarde a su promesa sólo por un mes.

Los 350.000 habitantes del distrito de Centro, de cualquier manera, deberán depositar sus bolsas amarillas de forma distinta que el resto de los vecinos madrileños. En este distrito se colocorán 500 contenedores (uno por cada 700 habitantes) en las calles, en los mismos puntos en los que ahora existen contenedores de vidrio o de papel. Así que los vecinos de Centro deberán depositar el contenido de su bolsa amarilla de manera parecida a la que ahora depositan el vidrio o el papel: de hecho, deberán acudir al mismo sitio, ya que los contenedores amarillos se pondrán al lado de los verdes (vidrio y cristal) y azules (papel y cartón). La Concejalía de Limpieza ya ha empezado a colocar estos contenedores amarillos en algunas calles de Centro.

Dos son las razones de esta diferencia, según explica el actual concejal de Limpieza, Alberto López-Viejo, del PP. En primer lugar, dada la estrechez de muchas de las calles de este distrito, los camiones de basura que recorren las calles de Centro son especiales. 'La reducida dimensión de estos vehículos impide que lleven doble compartimento, uno para la basura normal y otro para la que se deposita en la bolsa amarilla, con lo que la recogida no puede ser simultánea, como en otros distritos de la capital', explica el concejal López-Viejo. La otra razón tiene que ver con las viviendas de Centro. En este distrito hay muchas casas con portales pequeños o que no cuentan con cuarto de basuras para la comunidad de vecinos. En una palabra, que carecen de espacio para albergar un nuevo contenedor. 'Así que este contenedor amarillo iba siempre a quedarse en la vía pública, con las molestias que esto ocasionaría para la limpieza diaria', añade el edil responsable de la limpieza de la ciudad.

Distrito 'difícil'

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Precisamente, debido a las dificultades que presentaba, tanto por la alta edad media de la población, más elevada que la del resto de la capital y menos proclive a adoptar cambios en sus comportamientos domésticos, y por el diseño angosto de muchas de las calles, el distrito de Centro se reservó para el final.

'El distrito de Centro, dada su dificultad, va a tener una campaña de concienciación especial', asegura el concejal de Limpieza.

Este modo de depositar los desperdicios facilita el reciclaje. La bolsa amarilla tiene un destino particular en las plantas de tratamiento de residuos. Allí, tras separar los materiales (plásticos por un lado, tetra-briks por otro y latas de refrescos por otro) se venden a empresas capaces de producir nuevas latas, nuevos plásticos y nuevos tetra-briks. El resto de la basura, el que se recoge en los contenedores de tapa naranja, acaba en la incineradora de Valdemingómez o en el vertedero.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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