Nazario regresa al hogar
El dibujante y pintor vuelve a Sevilla con una exposición antológica de sus provocativas obras
"Es un julio romero en maricón". Así definió ayer el mítico pintor y dibujante sevillano Nazario (Castilleja del Campo, Sevilla, 1944) su acuarela sobre papel Tarde de corrida en los jardines de Murillo. Nazario ha regresado a Sevilla con orgullo y con aplomo. El artista, que ha levantado tantas ronchas entre los bienpensantes de la capital de Andalucía y que incluso fue llevado a juicio en esta ciudad por unos dibujos, ha retornado a casa con la cabeza bien alta.Nazario inauguró ayer una exposición antológica sobre su obra en las salas Chicarreros e Imagen. Caja San Fernando ha organizado la muestra, que será clausurada el próximo 11 de noviembre.
Tarde de corrida en los jardines de Murillo es un ejemplo del poder provocador y disolvente de Nazario. La acuarela muestra en primer plano a un hombre desnudo con sombrero cordobés, botos y una guitarra. Al fondo, un mozo, con el torso desnudo y pantalones de torero, blande con gesto triunfal de desafío el rabo de un morlaco. Una montera, naranjas, la Giralda y muchos azulejos completan un cuadro pletórico de sevillanía y contenido homosexual.
"Con este cuadro quise conseguir la luz de Sevilla. Es un julio romero en maricón. Hay un tiazo moreno, desnudo, con las botas altas. Todo esto queda muy fetichista", comentó Nazario. Si Julio Romero dibujaba mujeres desnudas "con mantilla", Nazario argumentó que tenía derecho a pintar hombres musculosos de la misma guisa.
Nazario ya tuvo problemas en 1985 en Sevilla. Fue denunciado por dos dibujos publicados en la revista Cita en Sevilla. "Un par de dibujos de Cita en Sevilla dieron origen a unas interpretaciones libres sobre su intencionalidad. Los hice con el cariño y cachondeo con que los hago siempre. Que cada uno vea lo que quiere ver", dijo Nazario. "Siempre hay alguien que se puede escandalizar. Hay gente que todavía se escandaliza con La maja desnuda. Pero no por ello le ponen un taparrabos ni prohíben a los niños ir a verla", explicó.
Cerca de 100 obras -viñetas de sus cómics y acuarelas (ventanas, bodegones, paisajes urbanos, retratos y naturalezas muertas)- integran la muestra. La exposición recorre así -desde los primeros dibujos hasta las últimas acuarelas- 30 años de trabajo.
El dibujante fue uno de los protagonistas de la movida barcelonesa. Sus cómics, llenos de referencias vitriólicas y contraculturales, le erigieron en uno de los personajes más significativos de una Barcelona de la transición que luchaba por quitarse la caspa y las pulgas de encima tras décadas de dictadura.
El propio Nazario reivindica la movida barcelonesa frente a la madrileña. El artista sevillano defiende que la movida de Madrid se benefició de la mercadotecnia. "En Madrid había un alcalde, Tierno Galván, que le dio a la movida una dimensión de municipalidad. Hubo artistas como Alaska o Almodóvar que se institucionalizaron. Se escribieron libros sobre la movida madrileñan", arguye Nazario. "En cambio, en Barcelona ni siquiera se ha hecho una exposición. Y de Barcelona salieron Els Joglars, Els Comediants, La Fura... Habría que dar un poco de autobombo", indicó.
Nazario señaló un culpable de esta situación: "Jordi Pujol acabó con la movida de Barcelona. Ha habido un agrisamiento del paisaje catalán y barcelonés por la política mezquina y corta de miras de Pujol", agregó. Con todo, nadie puede con Nazario. Su arte tiene demasiada fuerza. La exposición de Sevilla es una prueba de ello.
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