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Los historiadores toman la palabra

Los historiadores están empeñados en promover un debate alternativo al político sobre la situación y el futuro de la enseñanza de la historia. Desde que el fallido proyecto de reforma de las humanidades, promovido por Esperanza Aguirre en la pasada legislatura, ha sido retomado por la ministra de Educación, Pilar del Castillo, se han sucedido nuevamente las declaraciones políticas.El pasado junio, un informe de la Real Academia de la Historia acusaba a los nacionalistas de "tergiversar" esta asignatura y, al mes siguiente, el PP hacía pública su polémica Declaración de San Millán de la Cogolla a favor de las humanidades.

Cinco catedráticos de historia de diversas comunidades participaron la semana pasada en una iniciativa sobre El pleito de la historia y su enseñanza, organizada por el Círculo de Bellas Artes para dar voz a los historiadores. Éstas son sus opiniones:

- Ramón Villares. Presidente de la Asociación de Historiadores. "Hasta ahora la querella entre historiadores sobre la enseñanza de la historia prácticamente no se había producido porque se había tratado de un debate político", señala Villares. Dice tener reservas sobre la función de los historiadores en la solución de los problemas educativos, pero defiende que éstos tengan un papel en el debate que ayude a "conciliar la visión global con las visiones desde la periferia".

Villares dice que le preocupa "el sesgo claramente político" de la reforma que está preparando el ministerio y asegura que "no va a afectar a la enseñanza en el aula porque no se ha implicado a los profesores". El presidente de la Asociación de la Historia califica de "injusta" la actitud de quienes critican "el enfoque localista de la historia y no el enfoque castellanista" y recuerda todo lo que se ha hecho en algunas comunidades en los últimos años por modernizar la investigación histórica. Villares añade que es un error no haber consultado a los profesores.

- Borja de Riquer. Catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad Autónoma de Madrid. Para este experto, "es bastante absurdo cómo se está tratando la enseñanza de la historia, ya que no se ha dejado explicar, por ejemplo, por qué hay diferentes identidades en la historia de España, y, si se hubiera hecho de una forma razonada, se habrían evitado algunas discusiones".

Dice De Riquer que "se han ido sembrando minas que han intoxicado las opiniones, puesto que el debate académico es más sereno y los informes como el de la Real Academia de la Historia no ayudan al debate y hacen sospechar que hay intencionalidades poco confesadas".

Para este catedrático no tiene sentido discutir qué historia hay que enseñar, sino qué contenidos y para qué: "Los historiadores no hemos de justificar nada del presente, sino cómo se ha llegado aquí. No hay que adoctrinar, sino dotar de capacidad crítica a los alumnos".

- Antonio Morales. Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Carlos III de Madrid. "Hay poca información sobre lo que se está enseñando en las aulas y el profesorado de educación secundaria está apegado a un tipo de historiografía de los años setenta", critica Morales. Este catedrático ha participado en las jornadas organizadas recientemente por el Ministerio de Educación en San Lorenzo de El Escorial (Madrid) para analizar la opinión de algunos expertos de cara a la anunciada reforma de las humanidades.

Este catedrático considera que "las declaraciones de los nacionalistas, en las que niegan la existencia de una nación española, se reflejan en las políticas y los decretos de esas comunidades" y que la Ley Orgánica de Ordenación del Sistema Educativo (LOGSE) hace "un sesgo particularista desde la obsesión por lo inmediato". Morales matiza que los libros de texto "no ofrecen esa visión particularista y son claramente mejores que los de épocas anteriores". Este profesor opina que la programación de la enseñanza de la historia "debe ser competencia exclusiva de los historiadores".

- Joseba Agirreazkuenga. Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad del País Vasco. "El pleito de la historia es del futuro, no del pasado. La historia es para pensar en el tiempo y los historiadores somos especialistas en la historia del tiempo", señala Agirreazkuenga. Este catedrático considera que "lo importante no es tanto discutir programas y sus contenidos, sino pensar en los valores que se van a incluir en los relatos de la historia".

Dice además que es necesario abordar los aspectos comunes "a todas las sociedades urbanas, no a España, y en especial a la historia común europea".

- Rafael Valls. Catedrático de Didáctica de la Historia de la Universidad de Valencia. Valls distingue entre "conocimiento académico, el que establecen los académicos, y conocimiento escolar, que no puede ser el de los académicos". El conocimiento escolar no puede ser simplemente el académico reducido y simplificado, según Valls. También reivindica el papel de los profesores a la hora de elaborar ese conocimiento escolar, "porque una cosa es la enseñanza de la historia programada y otra la enseñada", añade.

Valls añade que, como a los alumnos ya no les llega sólo información de la escuela, hay que ver cómo se les enseña a analizar lo que aprenden". Advierte que "la enseñanza de la historia sin lagunas no se ha hecho nunca" y que lo que hay que averiguar es "a qué contenidos se deben dar prioridad en la enseñanza de la historia". "Simplemente cambiar los contenidos mínimos no solucionará nada", concluye.

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