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División entre científicos

Los expertos españoles se mostraron divididos ayer ante la decisión británica de permitir la clonación de embriones humanos con fines terapéuticos. Entre los numerosos partidarios, Carlos Alonso Bedate, del Centro de Biología Molecular y miembro del Comité de Bioética, señaló que cabría regular la clonación terapéutica "con vigilancia estricta, sopesando los fines y las empresas implicadas".Mucho más convencido se mostró Carlos Martínez, del Centro Nacional de Biotecnología: "Mi postura es absolutamente a favor. Debe hacerse lo que quiera la sociedad, tras un debate científico, ético y moral, pero nunca religioso". Martínez añadió: "Me parecería razonable usar así los 30.000 embriones congelados que sobran de procesos de fecundación in vitro".

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"No podemos dejar que estas técnicas avancen y quedarnos atrás", dijo Ana Veiga, jefa de Biología del Instituto Dexeus de Barcelona, quien explicó que la Comisión Nacional de Técnicas de Reproducción Asistida presentará un informe a final de año sobre la clonación terapéutica.

La posibilidad de "salvar muchas vidas humanas" es para el profesor del departamento de Genética de la Facultad de Biológicas de la Universidad de Valencia, Manuel Pérez-Alonso, lo que hace de esta técnica "una revolución", según declaró a Europa Press, por lo que él se manifestaba "completamente a favor".

Otras vías

Frente a estos argumentos, César Nombela, presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, se mostró partidario de agotar otras vías de investigación, en animales por ejemplo, antes de decidir sobre embriones humanos: "Sería erróneo decir que la única posibilidad es utilizar células embrionarias, porque se pueden reprogramar células somáticas como las del cordón umbilical, tal como señala el informe británico, y eso no plantea problemas éticos". Según él, la decisión de Londres no pretende "experimentar porque sí, sino estudiar posibilidades terapéuticas". El problema surge, dijo Nombela, cuando se manejan embriones, porque hay que destruirlos y eso choca con la protección que se les ha otorgado internacionalmente. "No se pueden trivializar los embriones humanos, están destinados a la gestación", sostuvo. El catedrático de Genética de la Universidad Complutense, Juan Ramón Lacadena, se mostró contrario a la propuesta británica: "No es ético ni está justificado crear un embrión para convertirlo en cultivo de tejidos". Gonzalo Herranz, jefe de Bioética de la Universidad de Navarra, declaró a Servimedia que con la clonación terapéutica "se sacrifican seres humanos para el servicio de otros" y apuntó que el Gobierno británico pretende "participar en el gran negocio de la biotecnología".

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