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La pintora Ida Barbarigo enfrenta obras creadas con 30 años de diferencia

La pintora Ida Barbarigo (Venecia, 1925), afincada en París, presenta su obra por vez primera en España en una exposición que reúne dos series creadas con más de 30 años de diferencia. Se trata de pinturas de la década de los 60 que muestran el paisaje desolador de las sillas de los cafés venecianos y sus obras más recientes, dedicadas a los mitos griegos. La muestra, con una treintena de piezas, se inauguró ayer en la sala de exposiciones de la BBK (Gran Vía, 32), en Bilbao.

El comisario de la exposición de Ida Barbarigo, el catedrático Kosme de Barañano, asumió el riesgo de dar un salto en el vacío de tres décadas al presentar la obra de una artista de prestigio internacional -tres veces presente en la Bienal de Venecia y siete en el Salón de Mayo de París-, pero desconocida en España."La intención es mostrar el cambio que ha experimentado desde los primeros años 60 hasta su obra más reciente, pero al tiempo comprobar que los rasgos de estilo son los mismos", dijo ayer Barañano. El comisario destacó en la formación de ese estilo personal los trazos de color que siluetean las figuras y dejan el vacío del espacio a su alrededor. "En todas las obras vemos que las figuras parecen salir desde dentro del cuadro".

La artista asistió ayer sorprendida a la "síntesis de su obra" que ofrece la exposición. Barbarigo, satisfecha del criterio seguido para ofrecer una visión amplia de su obra en un espacio reducido, indicó que la exposición le había dado una lección sobre sí misma, sobre una evolución artística sin rupturas. "Si se pudiera unir con un hilo las pinturas, veríamos que el hilo sigue siendo el mismo, aunque los cuadros se han ido cargando con el paso de los años, la madurez".

Dos tercios de la exposición están dedicados a los paisajes de las sillas, simples siluetas en medio de los veladores, la mayoría desiertos, de los cafés venecianos. Otros 12 óleos son obras recientes, en las que ha plasmado la simbología griega y los mitos que giran alrededor de Saturno y Dionisos. El hilo del que habló la pintora es, en palabras de Barañano, una forma de crear una legibilidad de la imagen emborronada. "Si antes las sillas eran signos que se entrelazaban, ahora las figuras del mito se aparecen desde un fondo rascado", explicó.

Ida Cadorin Barbarigo, decidió firmar sus pinturas con su apellido materno, para no ser identificada con su padre Guido Cadorin (1892-1978), un pintor conocido en Italia. Desde 1952, la pintora se afincó en París. François Mitterrand eligió a Barbarigo para realizar su retrato oficial cuando accedió a la Presidencia de la República francesa.

La exposición de Barbarigo -compañera del pintor Zoran Music, que también presentó su obra el pasado año en la misma sala de Bilbao- estará abierta al público hasta el 10 de agosto.

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