El poder, la educación y la sabiduría
Para Etxenike, el futuro tiene dos puntos de apoyo: el capital humano y la educación. Pero de ambos destaca lo que el entiende como palabra clave: la sabiduría. "Sólo con ella podremos lograr la armonía necesaria con la naturaleza, controlar los crecimientos destructivos, y a la vez continuar la evolución". Pero la sabiduría está ligada a la educación. "El sistema educativo es, en mi opinión, el punto clave, sin cuya profunda reforma los demás no son más que parches temporales. Como escribió Francisco Garmendia: "Del acierto o desacierto de la política educativa que desarrollemos dependerá nuestra capacidad e incapacidad para afirmarnos como pueblo frente a los nuevos retos. El capital humano es, ha sido y tiene que ser nuestro mayor activo".
Otro aspecto que a Etxenike le gusta subrayar es la importancia de la formación y el establecer un vivero de ideas y un clima de calidad, de una exigencia de excelencia en el enfoque de los problemas, que afecta como por ósmosis a todas las demás actividades. Para él, la investigación es condición necesaria del desarrollo económico y de la innovación tecnológica, aunque "apostar por la innovación significa riesgo y muchas veces, especialmente en tiempos difíciles y de crisis, se prefiere la seguridad". En todo caso, para Etxenike es imprescindible "articular un tejido social científico, vertebrar unas estructuras, independientes de los cambios coyunturales del poder político, que permitan la convergencia de todas las iniciativas emprendidas por parte de los sujetos sociales e instituciones científicas coordinándolas".
Etxenike acaba sus conferencias con un mensaje: "La frase de Einstein: perfección en los medios y confusión en los fines, caracteriza nuestra era y no debe ser olvidada. Es peligroso que, como colectivo, el poder en nuestras manos aumente a mayor velocidad que la sabiduría. Lo que hace falta es sabiduría para avanzar en la evolución creativa como colectivo y eso es tarea de todos".
