Telefónica pone en marcha la salida a Bolsa de su filial inmobiliaria
Telefónica ha puesto en marcha toda su maquinaria para colocar en Bolsa otra filial, Telefónica Inmobiliaria. La sociedad fue creada en 1998 para integrar todos los inmuebles del grupo. En la actualidad cuenta con activos valorados en unos 105.000 millones de pesetas, y tiene previsto aumentarlos hasta un valor próximo a los 500.000 millones. Entre ellos figurará la emblemática sede de Telefónica en la Gran Vía de Madrid. La filial inmobiliaria se creó para vender inmuebles, pero la imposibilidad técnica para hacerlo ha llevado a sus responsables a preparar la salida a Bolsa.
Los planes para la colocación de Telefónica Inmobiliaria en Bolsa contemplan la absorción previa de buena parte de los edificios y terrenos de Telefónica de España, la más importante de las empresas del grupo, que a medida que pierde peso en la cuenta de resultados se queda como una mera operadora de telefonía fija y se vacía de otros contenidos. Telefónica (1,5 millones de accionistas) ya traspasó activos de su filial de fija para dar valor a TPI-Páginas Amarillas y Terra antes de que se produjeran las salidas a bolsa de estas últimas. Inicialmente, el presidente del Grupo, Juan Villalonga, pensó utilizar Telefónica Inmobiliaria sólo para gestionar la venta de edificios y terrenos, que en 1998 suponían un coste de 42.000 millones de pesetas al grupo. La nueva filial se creó en noviembre de 1998 y sus responsables han dedicado todo este tiempo a clasificar y ordenar los activos con los que cuenta el grupo en toda España. Se han contabilizado 7.000 edificios y se ha descartado la venta de casi todos ellos. Existen varias razones para ello.
La mayoría de las dependencias de Telefónica tiene en su interior centrales de conmutación -encargadas de gestionar el tráfico de llamadas- y otros equipos técnicos que deberían trasladarse a otras instalaciones antes de que los inmuebles se pongan en manos de terceros. El coste de la operación, que obligaría a abrir y cerrar zanjas, desenterrar y enterrar de nuevo una cantidad innumerable de cables en toda España, ha desaconsejado continuar el proceso de venta de edificios, muchos de ellos considerados históricos. Según fuentes de la compañía, también existen razones de carácter fiscal que desaconsejan la venta y un pacto con los sindicatos por el que la dirección se ha comprometido a no desprenderse de edificios y a mantener su gestión en el grupo.
La alternativa elegida ha sido "la puesta en valor" de los activos inmobiliarios con su salida a Bolsa. Para ello, Telefónica Inmobiliaria terminará de agrupar todos los activos del grupo, como estaba previsto. La salida de Inmobiliaria no se producirá, en cualquier caso, ante de la ya anunciada de Telefónica Media.
Telefónica Inmobiliaria se creó con un capital de 500 millones de pesetas y, tras sucesivas ampliaciones, ha elevado esa cantidad hasta 1.670 millones. Sin embargo, sus activos superan ya 105.000 millones, de los que unos 80.000 millones corresponden a la valoración que se ha hecho de los terrenos que albergarán la nueva sede del Grupo en Madrid. Los planes contemplan el traspaso de la actual sede de Telefónica en Madrid, que cuenta en su interior con una de las mayores centrales de conmutación. Cuando se cierre la integración, la filial contará con activos valorados en 500.000 millones, que la colocan a la cabeza del sector. Vallehermoso y Urbis, hoy las dos primeras, tienen activos de 236.000 y 100.000 millones.
Relevos
Los planes prevén que Telefónica Inmobiliaria, una vez haya absorbido todos los inmuebles, ofrezca el alquiler de sus dependencias al grupo. Así, el Grupo espera reducir costes e Inmobiliaria tendrá un plan de negocios que ofrecer a potenciales inversores. El proceso está pendiente de la contratación de un asesor para dirigir la salida a Bolsa, con la expectativa de que empiece a cotizar pronto en el Ibex35, donde ahora sólo figura la inmobiliaria Vallehermoso, con un valor de mercado de 131.000 millones. Los artífices del plan no descartan la fusión con otra inmobiliaria que permita afrontar otras actividades.
Entre los problemas para la ejecución del plan ha surgido el relevo en la dirección de Telefónia Inmobiliaria, que estaba presidida por Andrés Tejero y ha pasado a ser responsabilidad del nuevo director general de Recursos, Carlos Díaz Guerra.
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