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La lluvia de errores que llevó al colapso de la Autopista Norte en Bogotá

Una vía construida sobre dos humedales, la falta de mantenimiento y los fallos en la gestión del riesgo son algunas de las explicaciones a la inundación del acceso a la capital

Taxis avanzan por la autopista norte durante en Bogotá, Colombia.
Taxis avanzan por la autopista norte durante en Bogotá, Colombia.Diego Cuevas
Ana Puentes

La Alcaldía de Bogotá ha desplegado este jueves un operativo en la Autopista Norte, en caso de que se repitan las inundaciones que ocurrieron en la noche de este miércoles en el principal acceso a la capital por el norte. En la tarde del 6 de noviembre cayeron cerca de 100 litros de agua por metro cuadrado en la zona, y miles de personas quedaron atrapadas en carros, buses y rutas escolares. Mientras el Distrito se prepara para contener el impacto de un nuevo episodio, las autoridades y los ciudadanos tratan de entender cuáles son las razones qué llevaron al caos. Algunos voltean la mirada 75 años atrás, cuando se construyó la vía.

El alcalde Carlos Fernando Galán ha sido el primero en reconocer que fue una equivocación histórica haber construido una avenida de seis carriles sobre el humedal Torca-Guaymaral, partirlo en dos y reducir la esponja natural que retiene agua. Pero, después de eso, los fallos han continuado y han quedado aún más en evidencia por el cambio climático.

Es usual que en Colombia llueva entre septiembre y diciembre, pero el caudal fue inusual. “La precipitación que tuvimos no se presentaba en los últimos 27 años”, dijo el alcalde Galán este jueves en rueda de prensa.

El rescate de más de 2.300 personas atrapadas se extendió hasta la madrugada de este jueves, de acuerdo con cifras del Puesto de Mando Unificado (PMU). Entre los afectados que más preocupaban a las autoridades estaban los niños de los colegios ubicados en el borde norte. “Alrededor de 1.546 personas de 6 instituciones educativas, 7 rutas y la UDCA [Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales], fueron evacuadas”, confirmó la Secretaria de Educación, Isabel Segovia. En dos colegios privados, estudiantes y profesores eligieron pasar allí la noche.

Debido a que los carriles de ingreso a Bogotá amanecieron encharcados, la Secretaría de Movilidad habilitó un contraflujo por la calzada oriental de la Autopista para permitir la entrada a Bogotá desde los cercanos municipios dormitorios como Chía, Cajicá o Zipaquirá. A su vez, la salida de tráfico de la capital se restringió a la más antigua y estrecha carretera central del norte, la continuación de la carrera 7 en la que se activó un reversible. Solo hasta después del mediodía se recuperó la movilidad de la Autopista, pero el Distrito no descarta nuevos cierres preventivos del corredor.

Ante el pronóstico de más lluvias hasta la próxima semana, la Alcaldía ha instalado un PMU para coordinar a las distintas secretarías y organismos de emergencia en caso de registrar una nueva inundación. Las autoridades han anunciado la revisión de los vallados de agua y de la conexión del humedal con el río Bogotá para verificar si hay que hacer una nueva limpieza y, así, garantizar el flujo del agua. Además, en los alrededores de la Autopista se mantendrán listos equipos de bombeo, volquetas, grúas, retroexcavadoras y ambulancias para atender cualquier contratiempo. Mientras Bogotá espera, los expertos refrescan la memoria.

La construcción de la Autopista sobre un humedal fue solo el principio de los problemas, afirma la urbanista y exsecretaria de Hábitat María Mercedes Maldonado. “Fue un gran error que no se resolvió en el tiempo y que se agravó porque no gestionaron las pequeñas quebradas que llegan al humedal ni el sistema de vallados”, explica Maldonado y resalta que esto es problemático en una de las zonas con más lluvias en el norte de la ciudad. En los años siguientes, agrega la también abogada, el ordenamiento desordenado impermeabilizó parte de la zona y dificultó el camino del agua, que viene de los cerros, pasa por las quebradas y el humedal y llega al río Bogotá.

El director de la Fundación Humedales Bogotá, Jorge Escobar, explica que en la última década se hizo una adecuación para recuperar la capacidad de almacenamiento del humedal. “Se almacenaban sedimentos, escombros, basuras. Esa reconformación hidrogeomorfológica permitió que se viera un espejo de agua”, describe el activista. Pero advierte que en el costado occidental se han perdido hectáreas de zonas inundables por el arrojo de escombros. “Es decir, aunque se han hecho esfuerzos, no es suficiente. Cada vez perdemos más humedal, más esponja”, admite Escobar. Todo se agrava, explica el consultor en recursos hídricos y desarrollo sostenible Diego Restrepo, por las lluvias cada vez más intensas y frecuentes por cuenta del cambio climático.

Restrepo cuestiona que había datos de precipitaciones inusuales y las autoridades no actuaron antes de que el agua subiera. “Es difícil porque no hay vías alternas, pero una alerta temprana puede evitar que sucedan los daños que hubo ayer”, afirma. El también experto en cambio climático señala que pese a los buenos mapas públicos para monitorear las lluvias en tiempo real y los niveles de los cuerpos de agua, el punto de monitoreo de la cuenca del Torca está tan al norte que no permite ver lo que sucede en el humedal.

Reactivan el debate de la Autopista Norte

La crisis de la noche del miércoles también ha reactivado el debate por la ampliación de la Autopista. El alcalde Galán recordó, en entrevista con Caracol Radio, que el proyecto Accesos Norte II no solo permitiría agregar dos carriles por sentido, sino “elevar la Autopista en unos puntos y generar la conexión hídrica entre oriente y occidente”. Para Galán esta es “una solución de fondo”.

El proyecto, que debía empezar obras en 2023 y ser entregado en 2029, está detenido. En enero, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), archivó la solicitud de licencia ambiental al encontrar “deficiencias técnicas” en la documentación. En concreto, afirmó que la concesionaria “no incluyó análisis detallados sobre la conectividad hídrica y ecológica de los humedales Torca y Guaymaral” y que encontró fallos al incluir quebradas que alimentan el ecosistema. Nueve meses después, la concesionaria no ha radicado una nueva solicitud.

Solo una vez dé ese paso, se sabrá cómo espera garantizar la conexión entre las dos partes del humedal. El proyecto, a la fecha, solo menciona la alternativa de construir varios box culvert, una especie de caja de concreto bajo la vía que permite encauzar el agua y que conectaría los dos lados. La elevación de la que habla el alcalde es, realmente, de cuatro metros. El presidente Gustavo Petro y la ministra de Ambiente, Susana Muhammad, han criticado la alternativa y piden una elevación total de la vía. El director de la ANLA, Rodrigo Negrete, aseguró a Caracol Radio que los box son insuficientes.


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