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Londres llevará a París a juicio si no levanta el embargo de carne

La negativa francesa a levantar su veto particular a las importaciones de vacuno británico, reafirmada por el Gobierno de Lionel Jospin, puso ayer al Gabinete de Tony Blair contra las cuerdas. Mientras el líder británico intercambiaba agrias críticas en la Cámara de los Comunes con William Hague, jefe de la oposición conservadora, Nick Brown, titular de Agricultura, anunció que tendrá que demandar a París ante los tribunales comunitarios.Brown fue el primero en acusar el golpe que supondría para Londres el mantenimiento del veto francés. "Francia no puede imponer nuevas condiciones sanitarias a nuestra carne. La Comisión Europea la ha dado por buena y sólo me queda llevar a nuestros vecinos ante los tribunales", dijo. Para su consuelo, el propio Blair reiteró que lo apoya sin reservas. Londres quiere evitar una guerra comercial.

Pero Hague cree que todo son excusas. "El Gobierno laborista es incapaz de estar a la altura. Le ofrece a Francia una última oportunidad, recibe un corte de mangas por toda respuesta, y ni siquiera sabe reaccionar. Y no digamos ya Nick Brown. Lo menos que podría hacer es dimitir", bramó en los Comunes. Furioso, Blair le acusó de promover una guerra comercial con Francia sólo para hacerse el valiente. "Nadie quiere peleas con París, que podrían tener desastrosas consecuencias económicas para nuestros ganaderos", concluyó el primer ministro británico.

Razones sanitarias

En Francia, la secretaria de Estado de Comercio y Consumo, Marylise Lebranchu, justificaba así ayer el mantenimiento del embargo: "Preferimos encontrarnos ante los tribunales que poner en peligro la salud de los ciudadanos". El ministro de Agricultura, Jean Glavany, añadió: "La ausencia de riesgo sanitario aún no está garantizada". Ante eso, adujo, "nuestro país no puede proceder a la anulación unilateral del embargo". Glavany lanzó no obstante mensajes tranquilizadores a Londres: "Nuestros intereses y deseos no nos aconsejan mantener la polémica con nuestros socios".Ayer noche Glavany, reunido con dos secretarias de Estado, la ya citada Lebranchu y Dominique Gillot, que se ocupa de Sanidad, seguía buscando alternativas. Para Lebranchu es absurdo que Londres "diga que puede garantizar el seguimiento de los animales y de sus productos derivados y que, al tiempo, afirme no poder imponer un etiquetado que señale al consumidor el origen del animal". Desde hace más de tres años la carne francesa aparece siempre etiquetada, y París no acepta que la Comisión de Bruselas aplace la obligatoriedad de la identificación hasta el 2003.

Por su parte, el comisario comunitario de Seguridad Alimentaria, David Byrne, dijo ayer que, pese a la renovada tensión, sigue esperando que Francia anuncie hoy oficialmente cuál es su decisión sobre el embargo.

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