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Un trasplante de células de pelo abre una nueva vía contra la calvicie

Folículos de un hombre crecieron en su mujer

El primer trasplante de células de folículo piloso de una persona a otra realizado con éxito abre una nueva vía de tratamiento de la calvicie. Este logro de un grupo de científicos estadounidenses se basa en la aparente propiedad de estas células de no provocar rechazo en el receptor, al contrario de lo que sucede con casi todas las células del organismo. El trasplante de folículos enteros de una persona a otra no se había conseguido hasta ahora.

Hasta ahora se trasplantaban folículos pilosos enteros de una zona del cuero cabelludo que conservaba el pelo a la zona calva de una misma persona, pero no se podían hacer trasplantes de una persona a otra. Ahora, Colin Jahoda, de la Universidad de Durham, y otros científicos han realizado experimentos que consisten en trasplantar células que no son las que producen directamente el pelo. Estas células, sin embargo, una vez trasplantadas, inducen a las células de la piel del receptor a generar folículos pilosos funcionales enteros que sí producen pelo.Hasta ahora era imposible trasplantar folículos pilosos de una persona a otra, incluso si éstas eran compatibles inmunológicamente. Pero el factor del rechazo no parece ser importante con las células usadas ahora.

La solución está en la forma de desarrollo del folículo. El éxito de Jahoda se debe al uso de células de la base del folículo, un miniórgano complicado que se deriva en parte de las células dérmicas más profundas de la piel y en parte de las células epidérmicas superficiales que producen propiamente el pelo.

En la piel de un adulto, el crecimiento del pelo depende de un ciclo de regeneración interna de los folículos. Durante el desarrollo de un folículo, el tejido dérmico prolifera hasta formar un pequeño bulto cubierto por la epidermis, que se pliega para dar lugar al folículo. Bajo las instrucciones del tejido dérmico, la epidermis del folículo induce la producción de células especializadas que se llenan de la proteína queratina, que constituye el pelo. Éste crece desde la base gracias a que continuamente se crean nuevas células que se llenan de queratina y luego mueren.

En el brazo

En la mejor tradición de los experimentos clásicos, los científicos de Durham se utilizaron a sí mismos como cobayas. Células del cuero cabelludo de un investigador fueron trasplantadas al brazo de su mujer. Entre tres y cinco semanas después, su brazo se hizo mucho más peludo, ya que el pelo que creció en los injertos era mucho más duro y oscuro que su pelo natural en esa zona del cuerpo. Pruebas realizadas sobre el ADN de las células que generaban los nuevos folículos demostraron que contenían los cromosomas X e Y, es decir, que procedían de un hombre.Como los autores del experimento comentan en el artículo publicado en la revista Nature, la formación de estos miniórganos muestra que las células del donante pueden estimular el desarrollo de los tejidos del receptor. Estas propiedades pueden resultar útiles en la bioingeniería de reemplazo de tejidos y órganos, además de constituir una solución para la calvicie.

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