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Francia usa la división del comité científico para exigir controles al vacuno británico

París quiere forzar a la Comisión Europea a demostrar su apuesta por los consumidores

El ministro francés de Agricultura, Jean Glavany, dejó ayer claro que no levantará totalmente el embargo al vacuno británico si el Comité Científico Director de la UE, que hoy debe emitir su dictamen, se muestra dividido sobre la persistencia del riesgo de contagio de la enfermedad de las vacas locas. El Gobierno de París aprovechará la falta de unanimidad del máximo órgano asesor comunitario en materia científica para intentar forzar a la Comisión Europea a que imponga mayores controles, o alguna fórmula de etiquetado, a la carne procedente del Reino Unido.

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Glavany también advirtió ayer que París no levantará el embargo sobre la carne de vacuno británica hasta que sus expertos no den marcha atrás en su recomendación de que se mantenga en vigor esa medida. Los científicos están cada vez más en el ojo del huracán de una crisis que ha estado a punto de desembocar en una guerra comercial abierta entre dos de los principales miembros de la UE.Los científicos franceses de la AFSSA (Agencia Francesa para la Seguridad Sanitaria de los Alimentos) legitiman el mantenimiento del embargo francés. Los 16 profesores europeos que forman el Comité Científico Director de la Unión Europea son los árbitros en los que se ampara la Comisión Europea para elegir entre denunciar a Francia o volver a castigar al Reino Unido reinstaurando el embargo de su carne, levantado el pasado 1 de agosto tras tres años en vigor.

Sólo una casi imposible unanimidad de los miembros de ese comité científico comunitario abriría las puertas a una de las dos medidas más drásticas. La Comisión Europea recordó ayer que sobre el papel existe una tercera posibilidad: la de que la ausencia de unanimidad permita no reinstaurar el embargo y al mismo tiempo justificar la decisión unilateral francesa hasta que se tomen nuevas medidas de protección de los consumidores.

Se dibuja así un compromiso que permita salvar la cara a todas las partes en esta crisis de histeria nacional en los dos lados del canal de la Mancha. Para ello es necesario que en el comité comunitario -que empezó su reunión ayer pero no hará público su dictamen hasta hoy- haya una amplia mayoría de científicos que defiendan la buena salud de la carne británica y, por lo tanto, rechacen la reimposición del embargo.

Nuevas medidas

Pero también tiene que haber una minoría lo suficientemente amplia que defienda nuevas medidas de control para aumentar aún más esas garantías, lo que permitiría a Francia justificar su dureza actual y levantar el embargo cuando entren en vigor esas nuevas medidas.

El ministro Glavany señalaba ayer que, ante la alta probabilidad de que el comité científico emita hoy una recomendación mayoritaria y otra minoritaria, "tendrá que ser la Comisión Europea quien asuma sus responsabilidades políticas". Glavany es consciente de que el nuevo Ejecutivo europeo presidido por Romano Prodi necesita demostrar su anunciada imagen de gran protector de los consumidores, una imagen que debería estar más próxima a la posición francesa que a la británica.Ni el propio Glavany parece creer que la Comisión pueda adoptar la decisión de reimponer el embargo general. Pero tampoco considera probable que el Bruselas adopte el otro extremo, el de obligar a Francia a abrir sus fronteras al vacuno británico sin ninguna condición, o imponerle sanciones económicas en caso de que rehúse hacerlo. "Es preciso encontrar una solución por acuerdo", dijo el ministro francés.

Según las declaraciones que distintas fuentes del Ejecutivo francés pronunciaron ayer en uno u otro medio, París consideraría aceptables tres tipos de medidas: imponer más estrictos controles sanitarios al vacuno británico, aplicar un sistema de etiquetado de la carne que permita a los consumidores saber si procede del Reino Unido, o destruir sistemáticamente todas las reses que hayan tenido contacto con vacas enfermas de encefalopatía. En cualquier caso, según Glavany, "el Gobierno francés no cambiará de opinión si los expertos franceses no cambian de opinión".

Los 16 científicos reunidos ayer y hoy en Bruselas deben responder a tres preguntas que les plantea la Comisión Europea. En primer lugar, si el informe de la AFSSA, con el que Francia ha justificado la reinstauración del embargo, ha aportado nuevos elementos sobre la enfermedad de las vacas locas. En caso de respuesta afirmativa deben explicar si esos nuevos elementos justifican un cambio de posición en el dictamen emitido en mayo y que permitió el levantamiento del embargo. De acuerdo con esas dos respuestas, el comité debe confirmar si el Reino Unido respeta las condiciones que se impusieron entonces.

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